Será bastante con no haber perdido el tiempo usando todos los sinónimos de amor. Abriendo bien los ojos a las rachas de viento, para que nos lloren o para que nos vuelen. Subiendo los peldaños descolgados de algún cielo indeciso, o de esa luna que nos mira impaciente.
Será bastante haber soñado, al menos una vez, que tenemos alas, grandes y blancas, alas que nos lleven a un mundo distinto a este tan culpable. Será bastante con tener aire suficiente para agrandar los pulmones. Entender la brevedad de las matemáticas, sumando uno más uno, o la locura de las letras de la literatura habiendo vivido con Cortázar o Borges. Será bastante con la calma, con la risa, con la duda (por si las dudas). Entrar sin hacer ruido al corazón, o rompiendo los tímpanos de los corazones. Incendiar las ventanas cuando la luz del despertador nos hiere las ganas, dejando a un lado lo que podemos hacer hoy para mañana. Será suficiente con una mirada, con el silencio del que calla cuando calla, con la cicatriz de la experiencia; sintiendo los zarpazos del tiempo en las arrugas, en la piel que se descuelga o en la falta de memoria. Dejar que nos entre la luz por los huesos y la rabia por los ojos. Al menos, si sabemos que todo tiene un límite, será bastante.