lunes, 15 de septiembre de 2008

Transparencia



Ojalá fuera sencillo seducir con el cuerpo sin necesidad de la palabra, no precisar un solo sonido para transmitir una sensación. Ojalá una sonrisa fuera bastante para que el mundo supiera de nuestra felicidad, sin necesidad de un gritito, o bastara una mirada triste para que todos vieran nuestro dolor.

Hoy, cuando todos tenemos prisa, lo mejor, lo más rápido, es decirlo todo, contar nuestras certezas y dudas hasta la saciedad (o escribirlas) sin tener que usar el cuerpo como medio de comunicación. Hoy en día no hay paciencia para indagar en un rostro, para interpretar una mirada, para traducir un movimiento de manos.

Ojalá fuera fácil el silencio, la calma, la ausencia de ruidos atroces y sirenas en la noche. Que bastara el sonido de una vela para entenderlo todo, y el movimiento fuera un lenguaje como primera elección. El cuerpo como sinónimo de vida, de movimiento, de esperanza, de sueños. El cuerpo y la mirada como índices del amor.






No quiero contarte mi melancolía, quiero que la veas, que la sientas.

jueves, 11 de septiembre de 2008

Cojo aire con la boca hasta que me duele el pecho, cierro los ojos y bajo la cabeza. Eso me hace sentir que el dolor va a doler menos, y es una mentira, una de esas mentiras que nos hacemos para salvarnos del miedo. Nada va a dejar de existir con este absurdo método, y sin embargo lo repito una y otra vez por si al final funciona, pero no funciona, nunca funciona. El dolor acaba cuando acaba, cuando ya no hay nada que perder, cuando un reflejo especular nos devuelve por fin una sonrisa, una pequeña, una pequeña y dulce sonrisa. Y no, el dolor no acaba cuando movemos la cabeza para que, de alguna manera, podamos mirar para otro lado. Cerrando los ojos nada desaparece, nada cambia y nada se para en el mundo por mucho que lo deseemos.
Hay que buscar ventanas abiertas, rostros que nos devuelvan la ilusión, juegos que nos distraigan de la rutina. Y entonces entiendo que el amor es un inútil intento de esperanza para poder soportar el miedo al futuro.

jueves, 4 de septiembre de 2008

Miradas...

para que no queden miradas pendientes

te miro como si no existieras
te como con los ojos
te clavo las pupilas como cuchillos
te adorno de luces y sombras con la mirada
te siento con lágrimas recién estrenadas
te araño con las pestañas hasta hacerte partículas
te leo con la memoria que fabrico en las retinas
y te veo
no sé hacer nada más

jueves, 28 de agosto de 2008

Una palabra tuya


Hace tiempo y de alguna extraña manera, me marcó la historia de aquel chaval que al abrir una lata de berberechos rompió el futuro de varias personas. El chaval era el protagonista de un libro; El otro barrio, y la autora era Elvira Lindo, qué más se puede decir.

Al tiempo, sin pretenderlo realmente, tropecé con Una palabra tuya, un libro con la historia de dos chicas que, de manera casi involuntaria, deciden juntar sus soledades. Y me resultó una historia preciosa y cruda y triste y alegre y bien propuesta y bien contada.

Y un día llega Ángeles González-Sinde y nos trasforma aquella maravillosa historia en una gran película. Porque es increíble que ciertos momentos de la película me resulten tan abrumadoramente duros teniendo en cuenta que ya los conocía. Increíble cómo acierta eligiendo a Esperanza Padreños; tan delgadita, tan tímida, tan poquita cosa, para el papel de Milagros; tan gorda, tan exuberante, tan desvergonzada tal y como Elvira Lindo la trajo al mundo. Con las primeras noticias que leí respecto al reparto, reconozco que no me encajó esta elección, y ahora la alabo. Malena Alterio, espectacular.

Una película tan tierna como dura, tan devastadora como real. La crudeza de las situaciones que a las protagonistas les toca vivir, o eligen vivir, te hacen encoger el corazón a cada segundo, igual que son capaces de arrancarnos las risas sin más.

Parece que las protagonistas se pregunten "cómo romper con el pasado sin destrozarnos el futuro", y esto lo hacen en Una palabra tuya. Rosario y Milagros, Malena y Esperanza, cada cual lo intentará a su manera.

…una palabra entonces, una sonrisa me bastan…

Sólo una pega, El Casar está en Getafe, no en Fuenlabrada. Alguna razón habrá para habernos juntado y hermanado así, de esa manera, a dos pueblos del sur de Madrid. Digo yo.

No la dejes pasar, que no se quede de paso esta película.

miércoles, 20 de agosto de 2008

Yo también sé gritar. Podría, si quisiera, escupir palabras que te hiriesen, podría hacerte reproches capaces de partirte el alma en dos. También podría conseguir que te sintieras pequeño, insignificante, la cosa más diminuta del planeta. Sé cómo hacerte temblar, pero no como antes, como aquellos temblores que compartimos cuando los cuerpos se nos derretían de deseo, no; me refiero a hacerte temblar de miedo. Y sé cómo podría transformar tu maldad y tu rabia en pequeñas lágrimas resbalando por tu arrepentimiento. Yo no soy todas esas cosas horribles que dices, no lo soy, ahora sólo tengo que convencerme de ello: no lo soy… no lo soy… no lo soy… Ojalá no tuviese miedo, ojalá tuviese valor. Este tiempo oscuro, esta nube espesa tiene que pasar, tu suerte tiene fecha de caducidad. Quiero celebrar con todas mis ganas tu caída, quiero verte caer, quiero verte revolverte en tu dolor, quiero verte llorar hasta que se te sequen los ojos, quiero…

El tintineo de unas llaves irrumpe en la cerradura, la voz de su enemigo traspasa sus tímpanos: “Ya estoy en casa”, y esas palabras, como un animal herido, le arañan el alma. En un acto comprensible y reflejo todos los músculos de aquella mujer entran en tensión. Sólo acierta a decir: “Hola, qué tal el día, qué quieres que te prepare para cenar”.

martes, 12 de agosto de 2008

Si se callase el ruido

Antes de ver la luz "Sueños de un hombre despierto" último disco de Ismael Serrano, en su web publicaron el título de las canciones. Y todo partió de la idea de hacer escritos sobre los temas antes de poder escuchar cada canción. Yo escogí Si se callase el ruido. Y hoy rescato lo que escribí.





Hay una bomba que revienta los tímpanos de los sueños de los hombres despiertos.

Hay un disparo que apuntala el odio y lo hace crecer hasta convertirnos en enemigos.

Hay una grito que nace de la debilidad del silencio. Y un silencio que muere de un grito.

Hay una palabra que quiere ser palabra pero sólo es un ladrido.

Hay un rumor de olas haciendo añicos la popa de las pateras.

Hay un trueno que se burla de las grietas de las manos que trabajaron en esas cosechas echadas a perder.

Hay una excavadora que nos pasa por encima con la falsa coartada de buscar un tesoro en el centro de la tierra.

Hay un secreto en voz alta fabricando insomnes, culpables y arrepentidos.

Hay un arañazo inevitable en los destellos de las sirenas que naufragan en el centro de cada gran ciudad.

Hay un tercer mundo que clama al cielo un rezo que rebota en nuestros estómagos llenos.

Hay un despertador que nos abrasa de rutina.

Hay un llanto del pasado que se nos clava en lo más profundo del alma y no nos deja en paz.

Hay un estrépito de lágrimas en la cicatriz de cada mujer herida.


Si se callase el ruido. Si pudiera sonar en el cielo una nana.
Si existiese una canción común para llenarlo todo de calma.
Si nos pusiéramos de acuerdo. Si nos quitáramos la rabia.
Si soñáramos despiertos. Si no nos quedásemos dormidos.
Si por una vez, sólo por una vez, se callase el ruido.

viernes, 8 de agosto de 2008

Otoño

Con todo el calor, con la ropa de menos, con el sudor, con el cansancio, con aparcamientos por todas partes, las carreteras vacías y las imágenes del mar en el telediario. Así se supone que estamos; en verano. En mitad de un verano sofocante y cabrón. Pero yo me siento Otoño, como aquella chica de la canción. Como si se me fueran cayendo partes, como ir dejando gotas de mí en el camino, como mis huellas… que son mis ojos y mis hojas. Soy otoño. Soy días de otoño, son días extraños. Soy el otoño más grande del mundo, el más triste, el menos soñado. Y me caigo.


(foto: Alexia Méndez)


Son mis lágrimas esas estrellas de la noche de septiembre, cuando sabes que todo se ha acabado. Y yo sólo quiero tener calor, comer helados, enamorarme y hacer las cosas que se hacen en verano. Pero soy más otoño que nunca. No es justo. Así no vale.

martes, 5 de agosto de 2008

Da igual donde me esconda…
siempre llegas;
llegas y arrasas,
arrasas aunque haga del pecho un muro,
de las manos corazas
y use las uñas como arma blanca.

Llegas
y revientas la calma,
inundas los pulmones,
me aprietas la garganta,
desgarras la fuerza
haciendo de la luz
un túnel de miserias.

Da igual donde me esconda…
siempre llegas.

Sólo el verde de las ventanas
me hace sentir un poco de valor,
saber que puedo hacerte desaparecer
cuando quiera,

o cuando pueda.

Da igual donde me esconda…
siempre llegas.

miércoles, 30 de julio de 2008

A Noa, la niña más dulce de mis ojos.

Para que no se te olvide.

TROCITOS DE VIDA

Recorta cada momento de vida,
detén el tiempo en cada instante,
y sujeta cada suceso y cada secreto
para dejarlos marcados a fuego
bajo este papel.

Con cada sonrisa mueves el mundo,
con cada bostezo cortas el aire.
Esos trocitos de vida que no me quiero perder.

Porque ahí quiero estar yo...
centinela de tus sueños
tratando de cumplir deseos,
agarrándote la mano para que no caigas,
y contándote los cuentos que te cuenten
cómo las princesas como tú
acaban encontrando siempre
un castillo en el aire.

Porque ahí quiero estar yo...
maldiciendo cada lágrima que brote
de tus ojos sinceros y valientes,
aceptando tus malas artes
y el chantaje de una sonrisa a medias
de esas que tú sabes.

Alejándome del frío si me miras,
olvidándome de la tristeza al mirarte.


********************

A ti, que haces de la vida un juego,
que me arrancas la sonrisa sin proponértelo.
Que sueñas con volar a cada instante.
Que una tarde en un columpio
me pediste llegar al techo
sin saber todavía que eso era el cielo.
Que me miras como si nada pasara,
como si todo fuera cierto.
Que me pides el mundo y yo te lo envuelvo.
Que me pierdes en la magia de un cuento,
que me sonríes y me pierdo.
Que me pides que dibuje mariposas y yo las encuentro.
Que haces que todo sea fácil,
que cantas sin ningún instrumento.
Que llegas y abres los brazos y repartes los besos.
A ti, que te quiero porque eres la vida,
que te abrazo fuerte por si eres un sueño.

lunes, 21 de julio de 2008

Émbolos de dolor

El jueves, en plena efervescencia y disfrutando de la música en directo, pongamos que hablo de Carlos Chaouen, mi cuerpo empezó a notar raras senciones que, al final e irremediablemente, se tradujeron en un cuadro febril. ¡Con lo bien que lo estaba haciendo Chaouen! Tan de blanco, tan sonriente, tan rey de su reina, tan cercano, tan presente...

Un médico o médica (está el mundo o munda algo revuelto o revuelta en este sentido) decidió cortar por lo sano. Antibiótico inyectado. Benzetacil. Sólo quien lo probó lo sabe.

miércoles, 16 de julio de 2008

Cuerdas rotas o Noches con nombre

Una cuerda rota hubiese sido poco para una noche en el Libertad; dos, fueron dos las cuerdas que, cansadas de tensar una nota, se dieron por vencidas. Y no me extraña, estar a la altura es difícil. Si a una le cuesta contener lo incontenible, no les quiero ni contar cómo harán esas cuerdas para no quebrarse bajo la presión de la belleza de una canción; y es que Últimamente es mucha canción.

Y la noche tuvo sus nombres, porque las noches sin nombre son de otro color. Pero sí es cierto que aquello se llenó de nombres, de rostros, de sonrisas y aplausos. Y de canciones. Canciones que no terminan porque se quedan flotando sobre nuestro estupor. Canciones llenas de metralla y a bocajarro. Canciones dulces como bocados de vida, tristes como un verano sin amor. Canciones vértigo y canciones dolor. Sin prisa y con pausas... Canciones canciones canciones...Canciones nuevas y bellas; Salud por las canciones. Canciones que no pueden quedarse en los huesos, encarnadas, llenas de peso. Pero... tengo la sensación de que ya conté este cuento...

Lo que no sé si he contado es que la culpa de todo esto la tiene un tal Paco Cifuentes.

martes, 15 de julio de 2008

Mentirosa Mentirosa


"Sólo hay mentiras y con ello lo que quieres es decir toda la verdad."
-Iván Ferreiro-

Vamos a quitar claridad a las cosas, hablemos de lo que no debemos, han sido demasiados años de palabras ciertas, de palabras buenas y ciertas. Años de quitarle razón a la mentira, de verdades como puños. Ya va siendo hora de quitarle el punto a las íes, de mentirnos como adolescentes dolidos, de fabricarnos decorados de nubes pintadas y bailar sobre horizontes sin tierra firme. Usemos otra vía, otros códigos, otro lenguaje. Ya no quiero saber pronunciar tu nombre, ni recordar con exactitud los vértices por donde resbalaba tu deseo. Sólo quiero saber que la certeza es una ecuación por resolver, que nada es real, que todo puede suceder. Saber que me quieres como si tuvieses mil corazones, que me llamas a gritos porque no sabes mi nombre, que tienes tu futuro anclado a mis ojos o varado en cualquiera de mis noches. Que las luciérnagas son gotas de lluvia en nuestros dedos de colores y saber que un arañazo es nuestra única deuda pendiente.

lunes, 14 de julio de 2008

...
tan cerca de la oscuridad
y del silencio eterno

tan cerca del final
y del no ser

es mejor que acabes con todo
que me dejes sin nada

mátame de besos
mátame de amor
...

lunes, 7 de julio de 2008

De haber elegido

Si me hubieran dado a elegir
Hubiese escogido

Inocencia indefinida
Esperanza en cada latido
Presente por los cuatro costados
Amor a borbotones
Ausencia de miedos
Manos abiertas
Olvidar el dolor
Provocar al destino
Reincidir en tu boca
Ser palabra en un poema
Complicidad con la tierra
Nombrar la belleza
Traducir los colores
Pintar horizontes
Rebosar emociones
Rachas de agua
Olas de viento
La luz de tu cuarto
Ojos comprometidos
Susurros en vez de gritos
Sonrisas en vez de lamentos
Caricias besos silencios
Montañas de fe
Un otoño contigo
Menos odio
Más cielo
Menos ruinas
Más sentidos
Hambre de vida
Ansia de sueños

Todo esto de haber elegido

miércoles, 2 de julio de 2008

Buscando

he preguntado por ti
en los lugares más ocultos de la tierra
en las esquinas más oscuras de tu maleza
en los márgenes de aquel poema que escribí
y las entrañas del mundo
han susurrado palabras absurdas
como arañazos desesperanzados
que hasta mis sentidos rechazan
para no sentir más dolor

he querido encontrarte
en el humo de una sonrisa mentirosa
en los silencios del planeta
en tus manos
en mis uñas
en la rabia de mi hambre voraz
en mi impaciencia
en tu locura