Y despertar una mañana
con la luz diluida en la ventana
y las piernas enredadas en el silencio del edredón
Y la mirada colgada de una duda
las ganas enterradas en la almohada
y lo que fuera noche rastreando el colchón
No habrá un motivo para enderezar
al cuerpo aburrido de un mismo sueño
Ni alarma que ponga en vida a los ojos
Ni otra mirada a tu izquierda que te busque
Ni otro pie que te despierte la piel
Entre las dos mesillas un solo corazón
y varios miedos
y varias mentiras
jueves, 3 de diciembre de 2009
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3 comentarios:
¡Aaaaaaaaaaay qué dolor más grande joder! Son tan difíciles algunas mañanas... sobretodo si van acompañadas de mentiras... Querida amiga, creo que ambas: tú y yo, hemos de sanear los colchones y barrer el suelo, el amor a veces (en exceso) es inflamable.
Un beso enorme desde el sur.
(In)creiblemente hermoso. Por suerte, un solo corazón basta para latir, y si encima tiene para él sólo dos mesillas y una luna... no puede tener miedo, no :)
29 de Noviembre y aún con la carne del alma de gallina, ay... ya te contaré!
Un beso!
Mariapanh, no sé si es más peligroso el exceso o el defecto. Arder por una caricia inflamable tiene si aquel. Pero ay, esas mañanas...
Recibo ese beso sureño :)
Mónica, a veces todo está tan oscuro que me olvido de que tengo una luna. Ya ves. Y las dos mesillas, no te creas, es sólo un golpe de efecto.
Y cuenta, cuenta... pero no desveles nada, que a un pasito estoy.
Un beso ennooorrrrmmeeeeee!!!
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