me siento en el filo de tus huesos
inquieta, despavorida, buscando la calma
y remiendo la mañana de este sol de madrugada
que ilumina un cielo a punto de estallar
con persianas abiertas como párpados asombrados
con ventanas sin cristales y con cartones de color
con calles de aromas dulces y sabor a canela
con luces con viento con verdades
tendremos que esperar otro silencio
para echar a andar olvidándonos del tiempo
y llenarnos los bolsillos de alimentos
por si nos da por no volver
o quizá nos dé por echar ancla en otro puerto
o por activar el mecanismo de una huida
o por sentir que no sentimos nuestras dudas
y dejarnos de la mano del azar y de la vida
dime que estarás allí conmigo
y dime que no es una mentira
jueves, 29 de abril de 2010
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2 comentarios:
Este poema debería cantarse... si, cantarse con voz, porque la música ya la tiene...
¡voy a imaginarlo!
Un beso preciosa, un beso muuuuuuy grande.
Tú canta, di que sí, para los ahora no podemos.
Demasiadas dudas, y sí, sí son malas compañeras de viaje, al menos en mi viaje.
Pero hoy es uno de esos días en los que no me debes tener muy en cuenta, como en "La Balada del mal genio".
Besos agradecidos por las buenas palabras, como siempre.
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