Avanzo despacio, muy despacio;
con las piernas pesadas,
con temblor en las manos,
con las tristezas revueltas en la caja torácica
y los trozos de vida esparcidos en el suelo.
Ninguna luz delante del espejo,
ninguna señal de vida humana,
silencio y sólo silencio.
Con las penas desnudas,
el pasado con sombrero,
el dolor por el dolor
y los reflejos del amor
confundidos con el miedo.
Sal de ese rincón,
de los gritos,
de la pena como hambre,
del negro sobre negro,
de la sed de un cielo roto,
de la maraña de complejos
y de la duda miserable.
sábado, 22 de mayo de 2010
lunes, 17 de mayo de 2010
De un extraño ritmo de vida
nace la mañana.
Nos conduce hacia un día claro
empeñado en su comienzo.
No borramos nuestras huellas
por miedo a perdernos
y ese miedo es el que marca las pautas,
el que gasta fianzas
y trabaja duro rompiendo nuestros huesos.
No trato de planear una huida
sólo quiero sentirme un poco lejos,
pero al lado del latido del oleaje del suelo.
nace la mañana.
Nos conduce hacia un día claro
empeñado en su comienzo.
No borramos nuestras huellas
por miedo a perdernos
y ese miedo es el que marca las pautas,
el que gasta fianzas
y trabaja duro rompiendo nuestros huesos.
No trato de planear una huida
sólo quiero sentirme un poco lejos,
pero al lado del latido del oleaje del suelo.
jueves, 6 de mayo de 2010
Todavía
Se nos caen las estrellas del cielo
como mechones de pelo desolado en el lavabo
y boquean como pececitos de colores de cristal.
Son un cuenco reluciente de lágrimas
descansando en otro dolor;
ajeno, egoísta, desamparado.
Si ya no respiran será por mi rabia,
o por tu ausencia,
o por la aburrida trama de mi cansancio.
Ni una estrella más en los lavabos.
Cuidemos de su ingravedez
para que alumbren,
para que sueñen,
para que enseñen...
que aún se puede,
que aún hay tiempo.
Y podamos volver a notar los latidos del fuego
y tener un motivo para empezar.
como mechones de pelo desolado en el lavabo
y boquean como pececitos de colores de cristal.
Son un cuenco reluciente de lágrimas
descansando en otro dolor;
ajeno, egoísta, desamparado.
Si ya no respiran será por mi rabia,
o por tu ausencia,
o por la aburrida trama de mi cansancio.
Ni una estrella más en los lavabos.
Cuidemos de su ingravedez
para que alumbren,
para que sueñen,
para que enseñen...
que aún se puede,
que aún hay tiempo.
Y podamos volver a notar los latidos del fuego
y tener un motivo para empezar.
lunes, 3 de mayo de 2010
la lejanía de una nube
La vulgaridad de las palabras inútiles
retumba en mi cabeza recién estrenada
la magia es mentira
el silencio en las manos es una promesa
la mediocridad embalsama cada espina
y la suciedad de la fe
emborronando los márgenes del tedio
Hace falta una pausa para volver del todo
y yo siempre estuve de paso
Viviré de otra suerte
y maldeciré la rabia de haberlo intentado
No sé si fue cierto o lo he soñado
retumba en mi cabeza recién estrenada
la magia es mentira
el silencio en las manos es una promesa
la mediocridad embalsama cada espina
y la suciedad de la fe
emborronando los márgenes del tedio
Hace falta una pausa para volver del todo
y yo siempre estuve de paso
Viviré de otra suerte
y maldeciré la rabia de haberlo intentado
No sé si fue cierto o lo he soñado
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