jueves, 3 de diciembre de 2009

Y despertar una mañana
con la luz diluida en la ventana
y las piernas enredadas en el silencio del edredón

Y la mirada colgada de una duda
las ganas enterradas en la almohada
y lo que fuera noche rastreando el colchón

No habrá un motivo para enderezar
al cuerpo aburrido de un mismo sueño

Ni alarma que ponga en vida a los ojos

Ni otra mirada a tu izquierda que te busque

Ni otro pie que te despierte la piel

Entre las dos mesillas un solo corazón
y varios miedos
y varias mentiras

lunes, 30 de noviembre de 2009

Peligro de incendio

Todo pasó de repente. Ella encendió un cigarro y él tenía las lágrimas inflamables.

jueves, 26 de noviembre de 2009


Se dejó caer como si todo hubiera acabado. No pensó en que el final todavía tenía varias opciones. Cerró los ojos y luchó contra la cremallera de jersey. Sentía un punzante ahogo en la garganta. Escuchó su respiración con tanta atención que parecía que aquel único sonido estaba a punto de enmudecer. No era capaz de escuchar el ruido de las sirenas. No sentía como se acortaba la distancia entre su dejadez y las sombras que le seguían. Ni siquiera el golpe de la lluvia o la insolencia de un rayo de sol desmedido le sacaron del trance. No sentía las manos, imposible sentir el frío metal de las esposas en las muñecas. Cuando todo acabó, sólo hubo una cosa que le acercó al mundo; la hierba. La hierba mojada. La humedad del suelo recorriendo su espalda de una punta a otra. Sólo la hierba le devolvió a la vida. Tan blanca, tan en calma, que olvidó el significado de la palabra reja.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

El invierno abre sus ventanas al frío
y mi soledad tiembla al saber
que el camino guarda una gris nostalgia,
que este cielo oscuro sólo traerá reproches,
que todo tiene un precio,
que las calles, heladas, surcan silencios olvidados
y que a la decepción hay que llamarla por su nombre.

Los árboles, que en otros tiempos alumbraron,
hoy son los tristes reflejos de otras vidas,
o quizá la intuición de nuestra propia muerte.

La vida siente la derrota en sus huesos
de igual manera que mis huesos sienten el frío,
y las noches cierran la puerta con llave
a esos sueños que quedaron colgados
en los pasillos del miedo
o de un amor.

La esperanza, gélida como una idea sin voz,
avanza con sumisión hacia un sucio abismo,
haciéndome ver que el futuro
es la tristeza que cabe en una lágrima,
o el silencio que aulla en un vagón.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
Jaime Gil de Biedma



Nadie nos contó que para encontrar luz en el futuro
había que regar el instante

miércoles, 11 de noviembre de 2009

El recuerdo marca al alma como metralla. Para entenderlo, lo he sufrido.
He mirado a todas partes y he encajado toda duda. Parpadeo de luces, intermitencias de lluvia.
Otro sol para maldecir un lunes.

Y no importa que te quedes dormido en cada letra que se estira al horizonte, yo no puedo ir a buscarte.
Yo no.
Ya no.
Para que lo entiendas he cerrado las manos hasta hacerme sangre, he robado algún reflejo en los escaparates, he recogido el fruto de los árboles talados y he sobrevivido al seísmo en pleno punto de origen.

No hagas caso si te dicen que lloré. Es mentira, quise dejarte dentro. Almacenarte en mis recovecos, en mis pequeñas parcelas viscerales, en los diminutos silencios oscuros en que habito.
Entrañas,
fluidos
y otras mentiras celulares.

No es premeditación, sólo improviso. Como aquella tarde en la que no se puso el sol.
No hay más sueño que este callejón sin norte.
Abriré los ojos. Despertar tiene su riesgo, y el dolor un límite.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Pasando cerca,
sintiéndonos, casi rozándonos en esta distancia.

Las nubes nos han atravesado de lado a lado,
nos han descolocado.
Y una espuma de certeza
ha sido el tiro de gracia.

Todas las estrellas
no son cualquier estrella,

pero yo quise brillar,

en carne viva,

a manos llenas.

Escondidos tras los gestos de las manos,
amarrados con las hebras de un pincel.

No era un silencio, era una pena.

He llamado, pero ya no hay timbre en tu puerta.

viernes, 30 de octubre de 2009

-Y para celebrar Noviembre voy a hacerte un regalo.

-¿Qué me vas a regalar?

-Ya verás.

martes, 27 de octubre de 2009

Veredicto final

No es oficial, pero Octubre ha muerto. Contra todo pronóstico, y a pesar de la premeditación y alevosía, mis manos no han sido las culpables del homicidio.

Quedo absuelta de todo cargo, excepto el de conciencia.


martes, 20 de octubre de 2009

Menos octubre

Tengo un solo propósito y voy a muerte. Voy a romper Octubre por once sitios, abriendo ventanas y cerrando pulmones. Cuatro semanas quebradas en el olvido. Un mes con fuselaje roto y vacío. Latidos de manta como un eco de otoño. Lunas para otros lunes.

Y será el viernes y mi mañana se llenará de enanos y enemigos. Voy a maldecir cada hora, pero voy a rezar por tener ese último minuto. Viernes fatal y sucio. Voy a romper Octubre hasta que esta semana sangre de frío, hasta que los días amanezcan sin sentido, hasta que una niebla penetrante y agobiante nos quite el oxígeno.

Octubre febril.

Con prisas,
con veneno,
sin besos.

Con tiza,
sin manos,
con adiós.

Octubre con amenazas,
con ruido.

Octubre sin razón.

viernes, 16 de octubre de 2009

lunes, 12 de octubre de 2009

Más octubre

Quizá debí haber sido otra
en aquel rincón de la tarde.
Pude haber trazado
otra línea divisoria,
pero hasta eso hubiese sido peor.

Había un lagarto,
dos miradas,
tres sonrisas
y un bastón.

De poco servían.

Se juntaron en el aire
gruñido y voz,
pero todo era de un aliento afónico,
de un aviso sordo y desdentado,
de un futuro atroz.

No saber qué es exactamente lo que necesitas,
ni siquiera saber el color de la piel de la contienda.

De qué tiendes miedo.

Muerde.

Aprieta.

Despierta.

jueves, 1 de octubre de 2009

Octubre

Agarrada con fuerza, con uñas, intentando cogerle ese trozo de carne a la vida. Buscando cualquier cosa que tenga otro sabor, otro olor. Pero reteniendo esa última mirada. Y miro las formas y todas parecen igual, pero al final siento que ya no son las mismas. El teléfono suena; otra vez; y otra vez y me preguntan "qué tal", y me dicen "hoy me he acordado de ti" y eso me gusta. Luego me han colgado varias veces, pero eso me ha dado igual. Salgo a la calle, me busco en los charcos, no sé por dónde empezar. Me resisto a llegar, como se resiste este frío a ponerle el nombre al otoño. Media manga todavía, botas por si acaso. Y mucho cielo, mucho azul (oscuro), y mucha amenaza de tormenta de aire y de soplos de lluvia. A veces aunque los colores sean feos todo parece dulce o bonito. Ya sé que es raro, pero salgo a la calle y me busco en los charcos; y si me reconozco supongo que ya sabré por dónde empezar.

domingo, 13 de septiembre de 2009

La piedra de la paciencia

Ésta es la historia de una mujer que intenta vivir sin dolor, en alguna parte de Afganistán, o en cualquier otro lugar.



Hay otros mundos, pero da miedo mirarlos. Pequeña y poética novela que desvela los secretos de una mujer.

¿Habéis leído hoy en "El País" la historia de Lubna Husein? Ella, al menos, no siente culpa por querer ser libre.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Paseo



El calor ha hecho surco en mis hombros y el asfalto se ha dilatado. El sol me envenena, no me deja pensar. La música invade la esfera de lo que alcanza la vista, pero sólo está en mí, sólo la escucho yo. He buscado ese sitio donde sopla la vida, donde el destino se encuentra a babor, y por más rápido que he caminado no he llegado a ningún lugar. A veces lo entiendo. A veces lo intento. A veces no hay nada, pero siempre hay motivos. Supongo que el susurro me acompañará para apaciguar los gritos. Los gritos; no sabía que incluso el hielo grita cuando está presionado allá en los mares helados, y me ha parecido hasta poético. Me he sentido hielo por un instante, pero en este mar nadie me ha oído. Necesito silencio y mares helados y hielo, mucho hielo, pero en silencio y sin presión. Todo hielo. Y mares.