Huele a café:
turno de noche.
El frío se cuela
en el silencio de la habitaciones.
El reloj retrasa las horas,
y a la vez da bostezos de aliento
al futuro.
Agujas disonantes
trepan por los brazos.
Líquidos innombrables
recorren los pasillos.
Segunda planta:
primera herida.