lunes, 15 de diciembre de 2008

Hacia dentro

Se ha cerrado una puerta
y me ha pillado el aliento,
casi una palabra,
casi la boca.
Se ha cerrado sin ganas,
sólo por costumbre,
siguiendo su sombra.

Todo es reacción a una misma cosa,
todo es un hábito:
dentro de cada tristeza hay una lágrima;
dentro de la herida hay dolor;
dentro del grito promesas;
en cada vida una canción.
Sé de memoria las formas
que crean tu horizonte,
y no hay gota de lluvia que no haya tocado.

He bajado las persianas,
de golpe,
para que no entren las ganas,
para que no salga mi voz.
Paredes,
libros,
puertas,
mesas,
luces,
fotos,
vitrinas,
colores,
sustancias,

calor.

Se han roto las ventanas,
no ha dejado de fluir al exterior una brisa,
casi aire,
casi viento.
No ha renovado la vida…
pero ha perfilado una duda
sin forma y con voz.

sábado, 6 de diciembre de 2008

Me encanta que los planes salgan bien


Foto: El Selenita


Esta vez no hubo trabas, todo salió bien y a la primera. Ni las luces navideñas, ni las calles cortadas en el centro, ni siquiera las pocas ganas con las que partimos pudieron con la noche. Llegamos a la calle Barcelona y antes de tiempo.

Don Mario quería de una menera muy especial a su trifena: "como el prójimo que permanece enjabonado bajo la ducha / a causa de un corte imprevisto y al cabo de tres / minutos se solaza al advertir que el agua vuelve / a manar sin usura". Y anoche las canciones de Paco eran agua y yo de jabón hasta las cejas. La de tiempo que llevaba esperando un nuevo concierto. Y como todo, por fin llegó, y de qué manera, con generosidad y sin mesura. Conocimos el Barcelona8; tan acogedor, tan encantador, tan pequeño que uno tiene que pedir permiso para respirar, y eso precisamente es el encanto del local.

Las canciones de siempre resonaron con un eco nostálgico entre aquellas paredes. Otras nos sobrevolaron, las que eran inéditas hace un año, y que a fecha de hoy lo siguen siendo, pero que nos sabemos de memoria, casi podría reconocerlas al tacto, son ya tan mías... Y las nuevas (para mí) en directo como Salud, que era la segunda vez que la escuchaba en concierto, o mi nueva nueva La vida aparte, mmmmmmm. No sé ni qué decir.

Hace tiempo que no veía un concierto de Paco tan tan bonito, y creo que Alejandro Martínez y Diego Galaz tuvieron mucho que ver. A Alejandro ya le he visto muuuuchas veces en el escenario con Paco, pero a Diego no (menudo descubrimiento), y fue algo precioso, una comunión perfecta a tres.

Siempre digo que Últimamente es una canción redonda y perfecta, pero creo que hasta anoche no he tenido razón del todo. El amor es otra cosa que duele sólo a ratos, tanto... ese "tanto" que concluye Últimamente suele ser tímido y encogido, y ayer sonó desgarrado, apasionado y salió desde las tripas. Como Lara (la canción), que pareció más Lara que nunca. O Collage. O Salvar esta canción. O Adicto. O Hay días. Y así, todas juntas, fueron una delicia.
Y allí estaba yo, a diez centímetros del suelo. Preguntándome al acabar dónde coño estaba el mundo y cómo podría encontrar tierra firme. Después de los saltitos de corazón, y de las olas del violín, y de las cuerdas rotas (en singular esta vez), y de las esferas, y de las burbujas, y de las palabras con música, y de los sentidos a flor de piel. Y sobre todo después de ver a Paco, como dijo Diego Galaz, con el corazón tan cerquita de la guitarra.

Y dejo para el final el principio, porque Lara (la poeta) abrió el concierto, también estuvo, estuvo pero sin estar. Sus palabras también rebotaron de corazón en corazón hasta hacerse vida, palabras vivas y de corazón. Paco juega con las palabras de Lara en la boca, hace malabares y las acaricia con la lengua antes de soltarlas. Anoche nadie perdió el tiempo, estábamos todos tan vivos.

http://www.youtube.com/watch?v=N7k0jzzTUps

Las canciones eran agua y yo...

martes, 2 de diciembre de 2008

La línea 6 más gris que nunca

Ayer, en un vagón de la línea 6, vi la tristeza. Era rubia y llevaba tacones y una gorra gris. No dejó de llorar a lo largo de cuatro estaciones, puede que a veces sí, pero sólo a ratitos. Lloraba y se tapaba la cara, como si así, sólo con ese gesto, ocultara la pena. Lloraba y las lágrimas recorrían sus ojeras, como un río de dolor en una vía cada vez más negra. Yo miraba cara a cara a la tristeza, pero ella no veía. No veía que su gorra estaba consiguiendo de veras su propósito, nadie la miraba, sólo yo.

No dejé de imaginar de dónde nacería ese sentimiento, qué llamada perdida perturbaría su silencio, qué amor habría dejado de amarla, que manos le habrían abandonado para siempre y sin perdón. Imaginé cosas horribles, otras vanas. Estuve tentada de prestarle mi voz, pero sé que a veces ayudamos y otras invadimos. No tuve valor.
Bajó en la misma parada que yo, y sentí cómo su dolor se perdía entre el murmullo y la prisa de la gente.





Hoy, al volver al mismo lugar en el que la vi, he recordado esa mirada tapada con dirección al suelo. He sentido de nuevo sus lágrimas. Creo que no ha dejado de llorar.

jueves, 20 de noviembre de 2008

lunes, 17 de noviembre de 2008

Olvidarme

El olvido está lleno de memoria.
Mario Benedetti.

Un solo fin: olvidarme de todo. Olvidarme de tener la vida sólo con verte, o de creerme grande sólo por mirarme. Olvidarme de sueños y de seguir esperando el sonido de tus llaves. Olvidarme de los latidos que traen el sonido de tus pies en los azulejos de la calle. Olvidarme de todo y de nada. Olvidarme de lo prometido; de lo no cumplido. Olvidarme del sudor y la saliva. Olvidarme de tener que poner cara al deseo y nombre a la piel. Olvidarme de los sentidos y de las raíces. De los silencios, de las burbujas y de los vaivenes. Olvidarme de ese segundo en que dije adiós a la vida, de ese minuto en que sentimos que se acabó. Olvidarme del final y olvidarme que hay posibilidad de volver a empezar. Olvidarme de las verdades como puños, de las manos como forma de amor. Olvidarme de los setimientos y de los presentimientos. Olvidarme de los recuerdos. Olvidarme de la fragilidad del tacto, de la dureza de la distancia. Olvidarme del arrebato y de la prisa; de la paciencia y de la calma. Olvidarme que la magia es un lapiz para trazar horizontes y el futuro un invento para apaciguar el dolor. Olvidarme de los vestidos que cubrieron los temblores. Olvidarme de la lluvia y del frío, de la risa, de los trenes. Olvidarme del viento y los andenes. Olvidarme de los escalones, los tropiezos, los finales. Olvidarme del ruido, de tiempo y del viento. Olvidarme de la vida. Olvidarme del eco. Olvidarme del olvido. Olvidarme del miedo.

lunes, 10 de noviembre de 2008

Queja (in)formal

Declaro que habiéndome personado el sábado 8 de noviembre de 2008 en la C/Libertad nº 8 del madrileño barrio de Chueca a las 21:45 horas (tarde, lo sé), y tras múltiples intentos fallidos de poder estacionar el vehículo que hasta allí me condujo, tanto en la vía pública como en parkin privado, no tuve más remedio que abandonar las inmediaciones arriba nombradas desistiendo de tal propósito y rompiendo la esperanza de ver un concierto esperado desde hace meses.

Sabiendo de antemano que, casi con certeza, en algún momento de aquella noche, y posiblemente coincidiendo con mis blasfemias, una nueva canción sobrevoló por esas vigas de madera, no tengo más remedio que presentar esta queja (in)formal y decir aquéllo que escuché una noche de los labios de Serrat: “¿Es o no es para cagarse en todo?”.

http://www.youtube.com/watch?v=TUvWewVO1tc

No siendo posible cuantificar los daños tampoco me atrevo a pedir compensación al respecto. Pero serán gratas todas las palabras, vídeos, fotos y demás pruebas en cualquier tipo de formato que pudieran describir los hechos de la noche de autos.

Madrid; a 10 de noviembre de 2008


miércoles, 5 de noviembre de 2008

Horizonte de sucesos

En muchos blogs ya hemos podido ver que el día 17 tenemos nuevo disco de Chaouen.
Por fin.

La noticia no pasa de largo casi por ningún lugar. Y hemos visto la portada ya en diversos lugares. Desconcertante, ¿verdad, Vanesa?

Yo, para celebrar el evento, y saliéndome por la tangente, elijo ésta otra foto.

¡¡Qúe sustito, mare!!





http://www.flickr.com/photos/elselenita/


Busco una palabra que impacte en tu oído,
letras que caigan rendidas a tus ojos
y que se estrelle en tu silencio el crujido
de cada vocal.
Pienso decirte que la mañana
es un pijama a rayas
que quiero compartir contigo,
que en la pared del sonido
he dibujado un sofá,
y que el desayuno
es un crucigrama con sabor a sal.
Te ofrezco la vida.
Te prometo la lluvia.
Te traeré los susurros.
Quiero tu bostezo a este lado del mar.
Voy a contarte hasta el final de los números.
Te ofrezco la marea.
Te prometo el delirio.
Te traeré el vendaval.

sábado, 25 de octubre de 2008

La noche que no estuve en Gavà o Crónica de una noche inventada

Mónica, lo siento mucho, no me guardes rencor.

Esta mañana me han sorprendido las voces de la calle, he despertado de golpe y no poco a poco, como me gusta, como suelo renacer los sábados. Los sonidos se han enmarañado conmigo, bajo las sábanas. Y en mi habitación la luz entraba por el ojo de buey de la puerta formando esa luna llena tan llena. Me he sentido perezosa y no he querido salir de esta habitación coraza, y he pensado que hoy debería estar en otra parte, en otro lugar, en otra ciudad. He sentido alivio por estar sola y tranquila y remolona; pero también me ha dado rabia por no haber dado el paso, por los miedos que se comen mis horas, por los días que pierdo al hacer caso a unas fobias amargas e inútiles, por no tener valor. He pensado mucho en eso, y que justo esta noche tiene una hora más, una hora más para reprocharme la cobardía y para intentar convencerme de mi error, aunque no habrá manera, a estas alturas de la película ya me conozco. He intentado buscar una cura, y una tostada de mermelada de fresa ha sido la solución: lo amargo de un café con lo dulce de la mermelada, no ha curado, pero me he sentido mejor. Y han ido pasando las horas y cada vez está más cerca la noche, una noche que se hará inolvidable en Gavà. Lara y su voz y sus versos y sus palabras. Benítez Reyes que os dirá que la vida tiene un precio que no puedes pagar continuamente, ojalá os haga esa Advertencia. La voz de Paco y sus preciosas canciones, igual esta noche os regale una nueva (qué envidia). Y Chaouen, que puede que se vista de domingo y puede que lleve bajo el brazo su nuevo disco, y os dará la poesía, se le escapa a borbotones.

sábado, 11 de octubre de 2008

No hay nada en calma

A veces se me duermen las manos
y siento serpientes diminutas bajo la piel.
Las uñas se me han endurecido por momentos
y el contorno de mis muñecas
no llega al de la cabeza de un ratón.
Últimamente los pies y la espalda
no soportan mi peso,
son los estandartes que deben mantenerme erguida
pero cada vez es más complicado sostenerme.
La garganta asfixiada;
la voz no es nada.
La mandíbula, la lengua, los dientes,
el cuello y el paladar son sólo adornos,
son parte de una núcleo de ausencia de sentidos,
son sólo tensión,
son animales rabiosos,
o mejor,
son las garras de los animales rabiosos.
La cabeza no para,
el pensamiento no para,
el miedo no para,
y todo da vueltas.
El pasado es sueño borroso,
el presente es tan solo un simulacro,
y el futuro se viste de gala,
pero me mira y se va.
No tengo recuerdos,
no guardo secretos,
no siento lamento
y ya no sé si quiero o si alivia el llorar.
No hay nada en calma,
la soledad me abruma y me arrastra,
y yo sólo quiero descansar,
encontrar una señal.
Será cuestión de acostumbrar al cuerpo
a este frío que se ha instalado en los huesos,
al vacío que hay en las esquinas del corazón.

lunes, 6 de octubre de 2008

¿Quién te hubiera quitao la pena?
Quique González


No es seguro del todo, pero igual podamos pasarlo bien, quizá unas risas… pero no puedo prometerlo. Me gustaría ser faro de mar, estrella que guíe en la noche, brújula y mapa repleto de lugares, mares y nombres, pero no puedo prometerlo. Ojalá tuviera la fuerza de un huracán para arrancarte los temores, ser fuego para acabar con cualquier resquicio de tu frío, agua para cuando la garganta te deje seco y no te permita pronunciar palabra; pero ya sabes, no te lo prometo. Podría, no sin esfuerzo, convertirme en canción, en hada, en ala, en duende, en palabra, en abrazo, en mirada, en promesa, o quizá en nada: nunca he sabido a dónde voy, mucho menos de dónde vengo.
Y aunque no pueda prometértelo me esforzaré en ser aire para secarte las lágrimas y acariciarte el dolor, pero sólo si quieres. O lluvia para cuando el llanto no te salga y necesitas una ayuda para deshacer el nudo del corazón. Todo es mejor sin promesas, sobre todo cuando se trata de quitarte las penas.

domingo, 28 de septiembre de 2008

...soñar contigo...

estar cansada
y tener sueño
y soñar contigo
y perder la consciencia
y ser consciente de ello
que sólo es un sueño
que todo es fácil
que nada cambia
que nada duele
que sólo eso
un juego a oscuras
una mentira con nombre
una esperanza
un delirio
un idilio
una razón para la duda
una escalera para tu balcón
un silencio para la vida
una balanza
una oración
y probarlo todo
dibujando una boca en cada vaso
dejando un beso en cada parte de tu piel
y seguir soñando
y seguir riendo
y seguir sintiendo
latiendo
sudando
gritando
y ver la vida en una noria
y saltar al vacío
y escuchar un sonido
maldito sonido
y despertar
y estar cansada
y tener sueño
y no poder soñar contigo

sábado, 20 de septiembre de 2008

Verás la vida con otros ojos

Hace muchos, muchos años, alguien me recomendó la película Cleopatra, y de manera automática mis pensamientos se dirigieron hacia Elizabeth Taylor y su brillante melena negra. Pero no, me hablaban de otra Cleopatra, una que encarnó de maravillosa manera Norma Aleandro en el cine argentino.

Nunca había escuchada hablar de esa película, y años después, en uno de esos paseos terapéuticos que me doy por la Fnac, cayó en mis manos. No lo dudé y me la llevé a casa.




Lo bueno de las recomendaciones es cuando aciertan, como en este caso, me pareció una preciosa película, que, como dice su cártel, te hace ver la vida con otros ojos. Es una película capaz de mostrar la dulzura dentro de un marco lleno de fracaso y melancolía. Un soplo de aire fresco, una manera de sacar lo bueno cuando todo parece perdido, cuando parece que uno ya no cuenta con una segunda oportunidad. Un optimismo y una positividad que a veces olvidamos que existen. Un abrazo a la esperanza, al todo puede cambiar. Y no pasen de largo por la escena en que Cleo "maneja el auto" mientras Paco Ortega canta a la felicidad, uno nota como se hace grande el corazón bajo el pecho.

Y no sé por qué me he acordado hoy de todo esto, la verdad. Pero creo que el mes de septiembre suele ser un poco duro, y pensé que si tienes esta historia a mano, igual algo pueda cambiar.

A los que ya la hayan visto... es un buen momento para repetir. Y a los que no saben de qué hablo y quizá no haya convencido, decirles que Leonardo Sbaraglia también anda por aquí.

lunes, 15 de septiembre de 2008

Transparencia



Ojalá fuera sencillo seducir con el cuerpo sin necesidad de la palabra, no precisar un solo sonido para transmitir una sensación. Ojalá una sonrisa fuera bastante para que el mundo supiera de nuestra felicidad, sin necesidad de un gritito, o bastara una mirada triste para que todos vieran nuestro dolor.

Hoy, cuando todos tenemos prisa, lo mejor, lo más rápido, es decirlo todo, contar nuestras certezas y dudas hasta la saciedad (o escribirlas) sin tener que usar el cuerpo como medio de comunicación. Hoy en día no hay paciencia para indagar en un rostro, para interpretar una mirada, para traducir un movimiento de manos.

Ojalá fuera fácil el silencio, la calma, la ausencia de ruidos atroces y sirenas en la noche. Que bastara el sonido de una vela para entenderlo todo, y el movimiento fuera un lenguaje como primera elección. El cuerpo como sinónimo de vida, de movimiento, de esperanza, de sueños. El cuerpo y la mirada como índices del amor.






No quiero contarte mi melancolía, quiero que la veas, que la sientas.

jueves, 11 de septiembre de 2008

Cojo aire con la boca hasta que me duele el pecho, cierro los ojos y bajo la cabeza. Eso me hace sentir que el dolor va a doler menos, y es una mentira, una de esas mentiras que nos hacemos para salvarnos del miedo. Nada va a dejar de existir con este absurdo método, y sin embargo lo repito una y otra vez por si al final funciona, pero no funciona, nunca funciona. El dolor acaba cuando acaba, cuando ya no hay nada que perder, cuando un reflejo especular nos devuelve por fin una sonrisa, una pequeña, una pequeña y dulce sonrisa. Y no, el dolor no acaba cuando movemos la cabeza para que, de alguna manera, podamos mirar para otro lado. Cerrando los ojos nada desaparece, nada cambia y nada se para en el mundo por mucho que lo deseemos.
Hay que buscar ventanas abiertas, rostros que nos devuelvan la ilusión, juegos que nos distraigan de la rutina. Y entonces entiendo que el amor es un inútil intento de esperanza para poder soportar el miedo al futuro.

jueves, 4 de septiembre de 2008

Miradas...

para que no queden miradas pendientes

te miro como si no existieras
te como con los ojos
te clavo las pupilas como cuchillos
te adorno de luces y sombras con la mirada
te siento con lágrimas recién estrenadas
te araño con las pestañas hasta hacerte partículas
te leo con la memoria que fabrico en las retinas
y te veo
no sé hacer nada más

jueves, 28 de agosto de 2008

Una palabra tuya


Hace tiempo y de alguna extraña manera, me marcó la historia de aquel chaval que al abrir una lata de berberechos rompió el futuro de varias personas. El chaval era el protagonista de un libro; El otro barrio, y la autora era Elvira Lindo, qué más se puede decir.

Al tiempo, sin pretenderlo realmente, tropecé con Una palabra tuya, un libro con la historia de dos chicas que, de manera casi involuntaria, deciden juntar sus soledades. Y me resultó una historia preciosa y cruda y triste y alegre y bien propuesta y bien contada.

Y un día llega Ángeles González-Sinde y nos trasforma aquella maravillosa historia en una gran película. Porque es increíble que ciertos momentos de la película me resulten tan abrumadoramente duros teniendo en cuenta que ya los conocía. Increíble cómo acierta eligiendo a Esperanza Padreños; tan delgadita, tan tímida, tan poquita cosa, para el papel de Milagros; tan gorda, tan exuberante, tan desvergonzada tal y como Elvira Lindo la trajo al mundo. Con las primeras noticias que leí respecto al reparto, reconozco que no me encajó esta elección, y ahora la alabo. Malena Alterio, espectacular.

Una película tan tierna como dura, tan devastadora como real. La crudeza de las situaciones que a las protagonistas les toca vivir, o eligen vivir, te hacen encoger el corazón a cada segundo, igual que son capaces de arrancarnos las risas sin más.

Parece que las protagonistas se pregunten "cómo romper con el pasado sin destrozarnos el futuro", y esto lo hacen en Una palabra tuya. Rosario y Milagros, Malena y Esperanza, cada cual lo intentará a su manera.

…una palabra entonces, una sonrisa me bastan…

Sólo una pega, El Casar está en Getafe, no en Fuenlabrada. Alguna razón habrá para habernos juntado y hermanado así, de esa manera, a dos pueblos del sur de Madrid. Digo yo.

No la dejes pasar, que no se quede de paso esta película.

miércoles, 20 de agosto de 2008

Yo también sé gritar. Podría, si quisiera, escupir palabras que te hiriesen, podría hacerte reproches capaces de partirte el alma en dos. También podría conseguir que te sintieras pequeño, insignificante, la cosa más diminuta del planeta. Sé cómo hacerte temblar, pero no como antes, como aquellos temblores que compartimos cuando los cuerpos se nos derretían de deseo, no; me refiero a hacerte temblar de miedo. Y sé cómo podría transformar tu maldad y tu rabia en pequeñas lágrimas resbalando por tu arrepentimiento. Yo no soy todas esas cosas horribles que dices, no lo soy, ahora sólo tengo que convencerme de ello: no lo soy… no lo soy… no lo soy… Ojalá no tuviese miedo, ojalá tuviese valor. Este tiempo oscuro, esta nube espesa tiene que pasar, tu suerte tiene fecha de caducidad. Quiero celebrar con todas mis ganas tu caída, quiero verte caer, quiero verte revolverte en tu dolor, quiero verte llorar hasta que se te sequen los ojos, quiero…

El tintineo de unas llaves irrumpe en la cerradura, la voz de su enemigo traspasa sus tímpanos: “Ya estoy en casa”, y esas palabras, como un animal herido, le arañan el alma. En un acto comprensible y reflejo todos los músculos de aquella mujer entran en tensión. Sólo acierta a decir: “Hola, qué tal el día, qué quieres que te prepare para cenar”.

martes, 12 de agosto de 2008

Si se callase el ruido

Antes de ver la luz "Sueños de un hombre despierto" último disco de Ismael Serrano, en su web publicaron el título de las canciones. Y todo partió de la idea de hacer escritos sobre los temas antes de poder escuchar cada canción. Yo escogí Si se callase el ruido. Y hoy rescato lo que escribí.





Hay una bomba que revienta los tímpanos de los sueños de los hombres despiertos.

Hay un disparo que apuntala el odio y lo hace crecer hasta convertirnos en enemigos.

Hay una grito que nace de la debilidad del silencio. Y un silencio que muere de un grito.

Hay una palabra que quiere ser palabra pero sólo es un ladrido.

Hay un rumor de olas haciendo añicos la popa de las pateras.

Hay un trueno que se burla de las grietas de las manos que trabajaron en esas cosechas echadas a perder.

Hay una excavadora que nos pasa por encima con la falsa coartada de buscar un tesoro en el centro de la tierra.

Hay un secreto en voz alta fabricando insomnes, culpables y arrepentidos.

Hay un arañazo inevitable en los destellos de las sirenas que naufragan en el centro de cada gran ciudad.

Hay un tercer mundo que clama al cielo un rezo que rebota en nuestros estómagos llenos.

Hay un despertador que nos abrasa de rutina.

Hay un llanto del pasado que se nos clava en lo más profundo del alma y no nos deja en paz.

Hay un estrépito de lágrimas en la cicatriz de cada mujer herida.


Si se callase el ruido. Si pudiera sonar en el cielo una nana.
Si existiese una canción común para llenarlo todo de calma.
Si nos pusiéramos de acuerdo. Si nos quitáramos la rabia.
Si soñáramos despiertos. Si no nos quedásemos dormidos.
Si por una vez, sólo por una vez, se callase el ruido.

viernes, 8 de agosto de 2008

Otoño

Con todo el calor, con la ropa de menos, con el sudor, con el cansancio, con aparcamientos por todas partes, las carreteras vacías y las imágenes del mar en el telediario. Así se supone que estamos; en verano. En mitad de un verano sofocante y cabrón. Pero yo me siento Otoño, como aquella chica de la canción. Como si se me fueran cayendo partes, como ir dejando gotas de mí en el camino, como mis huellas… que son mis ojos y mis hojas. Soy otoño. Soy días de otoño, son días extraños. Soy el otoño más grande del mundo, el más triste, el menos soñado. Y me caigo.


(foto: Alexia Méndez)


Son mis lágrimas esas estrellas de la noche de septiembre, cuando sabes que todo se ha acabado. Y yo sólo quiero tener calor, comer helados, enamorarme y hacer las cosas que se hacen en verano. Pero soy más otoño que nunca. No es justo. Así no vale.

martes, 5 de agosto de 2008

Da igual donde me esconda…
siempre llegas;
llegas y arrasas,
arrasas aunque haga del pecho un muro,
de las manos corazas
y use las uñas como arma blanca.

Llegas
y revientas la calma,
inundas los pulmones,
me aprietas la garganta,
desgarras la fuerza
haciendo de la luz
un túnel de miserias.

Da igual donde me esconda…
siempre llegas.

Sólo el verde de las ventanas
me hace sentir un poco de valor,
saber que puedo hacerte desaparecer
cuando quiera,

o cuando pueda.

Da igual donde me esconda…
siempre llegas.

miércoles, 30 de julio de 2008

A Noa, la niña más dulce de mis ojos.

Para que no se te olvide.

TROCITOS DE VIDA

Recorta cada momento de vida,
detén el tiempo en cada instante,
y sujeta cada suceso y cada secreto
para dejarlos marcados a fuego
bajo este papel.

Con cada sonrisa mueves el mundo,
con cada bostezo cortas el aire.
Esos trocitos de vida que no me quiero perder.

Porque ahí quiero estar yo...
centinela de tus sueños
tratando de cumplir deseos,
agarrándote la mano para que no caigas,
y contándote los cuentos que te cuenten
cómo las princesas como tú
acaban encontrando siempre
un castillo en el aire.

Porque ahí quiero estar yo...
maldiciendo cada lágrima que brote
de tus ojos sinceros y valientes,
aceptando tus malas artes
y el chantaje de una sonrisa a medias
de esas que tú sabes.

Alejándome del frío si me miras,
olvidándome de la tristeza al mirarte.


********************

A ti, que haces de la vida un juego,
que me arrancas la sonrisa sin proponértelo.
Que sueñas con volar a cada instante.
Que una tarde en un columpio
me pediste llegar al techo
sin saber todavía que eso era el cielo.
Que me miras como si nada pasara,
como si todo fuera cierto.
Que me pides el mundo y yo te lo envuelvo.
Que me pierdes en la magia de un cuento,
que me sonríes y me pierdo.
Que me pides que dibuje mariposas y yo las encuentro.
Que haces que todo sea fácil,
que cantas sin ningún instrumento.
Que llegas y abres los brazos y repartes los besos.
A ti, que te quiero porque eres la vida,
que te abrazo fuerte por si eres un sueño.

lunes, 21 de julio de 2008

Émbolos de dolor

El jueves, en plena efervescencia y disfrutando de la música en directo, pongamos que hablo de Carlos Chaouen, mi cuerpo empezó a notar raras senciones que, al final e irremediablemente, se tradujeron en un cuadro febril. ¡Con lo bien que lo estaba haciendo Chaouen! Tan de blanco, tan sonriente, tan rey de su reina, tan cercano, tan presente...

Un médico o médica (está el mundo o munda algo revuelto o revuelta en este sentido) decidió cortar por lo sano. Antibiótico inyectado. Benzetacil. Sólo quien lo probó lo sabe.

miércoles, 16 de julio de 2008

Cuerdas rotas o Noches con nombre

Una cuerda rota hubiese sido poco para una noche en el Libertad; dos, fueron dos las cuerdas que, cansadas de tensar una nota, se dieron por vencidas. Y no me extraña, estar a la altura es difícil. Si a una le cuesta contener lo incontenible, no les quiero ni contar cómo harán esas cuerdas para no quebrarse bajo la presión de la belleza de una canción; y es que Últimamente es mucha canción.

Y la noche tuvo sus nombres, porque las noches sin nombre son de otro color. Pero sí es cierto que aquello se llenó de nombres, de rostros, de sonrisas y aplausos. Y de canciones. Canciones que no terminan porque se quedan flotando sobre nuestro estupor. Canciones llenas de metralla y a bocajarro. Canciones dulces como bocados de vida, tristes como un verano sin amor. Canciones vértigo y canciones dolor. Sin prisa y con pausas... Canciones canciones canciones...Canciones nuevas y bellas; Salud por las canciones. Canciones que no pueden quedarse en los huesos, encarnadas, llenas de peso. Pero... tengo la sensación de que ya conté este cuento...

Lo que no sé si he contado es que la culpa de todo esto la tiene un tal Paco Cifuentes.

martes, 15 de julio de 2008

Mentirosa Mentirosa


"Sólo hay mentiras y con ello lo que quieres es decir toda la verdad."
-Iván Ferreiro-

Vamos a quitar claridad a las cosas, hablemos de lo que no debemos, han sido demasiados años de palabras ciertas, de palabras buenas y ciertas. Años de quitarle razón a la mentira, de verdades como puños. Ya va siendo hora de quitarle el punto a las íes, de mentirnos como adolescentes dolidos, de fabricarnos decorados de nubes pintadas y bailar sobre horizontes sin tierra firme. Usemos otra vía, otros códigos, otro lenguaje. Ya no quiero saber pronunciar tu nombre, ni recordar con exactitud los vértices por donde resbalaba tu deseo. Sólo quiero saber que la certeza es una ecuación por resolver, que nada es real, que todo puede suceder. Saber que me quieres como si tuvieses mil corazones, que me llamas a gritos porque no sabes mi nombre, que tienes tu futuro anclado a mis ojos o varado en cualquiera de mis noches. Que las luciérnagas son gotas de lluvia en nuestros dedos de colores y saber que un arañazo es nuestra única deuda pendiente.

lunes, 14 de julio de 2008

...
tan cerca de la oscuridad
y del silencio eterno

tan cerca del final
y del no ser

es mejor que acabes con todo
que me dejes sin nada

mátame de besos
mátame de amor
...

lunes, 7 de julio de 2008

De haber elegido

Si me hubieran dado a elegir
Hubiese escogido

Inocencia indefinida
Esperanza en cada latido
Presente por los cuatro costados
Amor a borbotones
Ausencia de miedos
Manos abiertas
Olvidar el dolor
Provocar al destino
Reincidir en tu boca
Ser palabra en un poema
Complicidad con la tierra
Nombrar la belleza
Traducir los colores
Pintar horizontes
Rebosar emociones
Rachas de agua
Olas de viento
La luz de tu cuarto
Ojos comprometidos
Susurros en vez de gritos
Sonrisas en vez de lamentos
Caricias besos silencios
Montañas de fe
Un otoño contigo
Menos odio
Más cielo
Menos ruinas
Más sentidos
Hambre de vida
Ansia de sueños

Todo esto de haber elegido

miércoles, 2 de julio de 2008

Buscando

he preguntado por ti
en los lugares más ocultos de la tierra
en las esquinas más oscuras de tu maleza
en los márgenes de aquel poema que escribí
y las entrañas del mundo
han susurrado palabras absurdas
como arañazos desesperanzados
que hasta mis sentidos rechazan
para no sentir más dolor

he querido encontrarte
en el humo de una sonrisa mentirosa
en los silencios del planeta
en tus manos
en mis uñas
en la rabia de mi hambre voraz
en mi impaciencia
en tu locura

sábado, 28 de junio de 2008

Caracola de última generación

Me gusta mirar el mar. Me gusta sentarme en la arena y mirar el mar después de un año entero aguantando insolencias de una persona que, por ser mi jefe, se cree con derecho a manipular mi tiempo y mi vida. Me gusta llegar a esta playa donde no hay nadie, es difícil encontrar una playa en pleno julio que no esté masificada, y yo la he encontrado. Estoy solo, solo en este trozo del mapa que queda lo suficientemente alejado de donde vivo. Me gusta venir por la tarde mientras el sol se está poniendo, cuando parece que todos los problemas se esfuman con la luz y la rutina cambia de color según entra la noche. Me gusta este sabor salado, pero sobre todo, lo que más me gusta es el sonido de las olas al romper en la orilla. Me quedaría aquí siempre, sabiendo que nadie espera nada de mí, sabiendo que sólo yo controlo el momento, sabiendo que antes o después tendré que volver, pero ahora no quiero pensar en eso. Estoy aquí y me gusta porque puedo...

- "¿Se puede saber qué hace con esa caracola?, afortunadamente el teléfono ha llegado hasta nuestros días. Le dije, caballero, que quería ese informe preparado sobre mi mesa antes de las ocho de la tarde, y no le veo demasiado animado. Le advierto que fue usted solito quien quiso jugarse sus vacaciones y, por lo que veo, parece que también quiere perder los fines de semana. Usted mismo, caballero, o acaba ese informe o se puede ir olvidando del significado de las palabras sábado y domingo."

Me gusta el mar. Me gusta imaginar que estoy sentado en la arena mirando el mar mientras aguanto las insolencias de un tipo que manipula mi tiempo y mi vida.

miércoles, 18 de junio de 2008

Fe de erratas

sólo soy donde existo
donde respiro
donde vivo

ya no soy donde sueño
ni donde olvido
ni en el recuerdo

soy ese trozo de mí
que ya no está en mí
porque se quedó contigo

soy ese trozo de ti
que nunca existió
porque nunca fue nada

lunes, 16 de junio de 2008

Despierta

Despierta. Mira el horizonte.
Abre los ojos. Sueña.
Vive. Arrastra esos miedos
hasta tu abismo
y piérdelos de vista a patadas.
Siente. Levántate de esa silla,
tiene forma de rutina,
de silencio, de niebla, de reloj,
de reloj oxidado por el tiempo.
Corre. Anuncia tu presencia;
tu mirada tiene que contar
todos los días que amanezcan,
tu boca tiene que sonreír
toda la vida que le queda.
Despierta. Sueña.

domingo, 15 de junio de 2008

Balence

Pierdo un latido
siempre que hago repaso.
Nada cuadra,
todo tiene el color
de una noche ensangrentada.
La vida, como presente,
tiene un sabor insensato,
un corazón dolido
pero indolente.
Tiene la luz de esta tarde
poco misterio,
todo se nubla,
nada se enciende.
Las huellas que deja el viento
son abrazos de esperanza,
pero hay una respuesta que no tengo
a una pregunta que duele.
No existe un cielo
cuando todo parece próximo al desastre.
Todo pasa, y nada sucede.
Y me encuentro con frío,
y sin llaves.
Mal asunto.
Mal balance.

sábado, 14 de junio de 2008

De paso...

No creo que esté demasiado tiempo aquí,
posiblemente me canse demasiado pronto,
como cuando tengo miedo,
como cuando cierro los ojos
y no hay remedio.

No estoy aquí para quedarme,
supongo, todavía no ha amanecido
y estoy de paso.