jueves, 14 de abril de 2011


Tengo sucias las costillas.
Las manos se rompen,
no descansan, madrugan.

Los pies en el suelo.
La ropa abatida.

Las piedras del camino
impiden la huída.

Esta canción es un acúfeno:
realidad perdida.

Infiernos olvidados.
Martillos atrapados.

He terminado
y era solo un principio.

A veces la amnesia
es mucho mejor que el frío.

jueves, 31 de marzo de 2011

Obsolescencia programada


Somos lo que no seremos en el futuro.

Ventanas a punto de cerrarse.

Olvidos.

Burlas grotescas de la memoria.

Zancadas de huellas borradas.

Absurdos lapsus de paraísos.


Somos obsolescencia programada.


miércoles, 2 de marzo de 2011

Amor 77


"Y después de hacer todo lo que hacen, se levantan, se bañan, se entalcan, se perfuman, se peinan, se visten, y así progresivamente van volviendo a ser lo que no son."

Julio Cortázar.

sábado, 8 de enero de 2011

Cuarteles de Invierno


Estoy aquí y a la vez huyo.
Ajusto la mirada al paisaje,
la debilidad del sol es desmesuradamente hiriente.
La falta de luz me desgarra, la oscuridad me hace daño.

Trazo un ruta dentro de un plano;
los surcos sucios de los abrazos
y el calor de una lágrima
resbalando por las arrugas de la comisura
de los besos no dados.

Una pantalla enorme en el escaparate
me desdibuja el dolor de un tiempo pasado.
Es como un sueño malo, como un grito ahogado.

Centenares de insectos me pellizcan los hombros.
Corro, no sé dónde está el primer peldaño.
Y no hay por dónde empezar.
Aún estamos en la estación más fría del año.

El viento me salva.
La espera me espanta.
Soy el camino y soy la distancia.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Bostezo.


Miro hacia otro lado

porque no quiero saber lo que debo saber.


Rompo y esparzo cristales por el suelo

buscando la sangre;

y la rastreo encontrándome,

sintiéndome,

avergonzándome.


Espero ese abrazo feroz

que me rompa los huesos

y me saque de quicio.

Creo la transparencia

de los conductos de tu aire,

verbo absurdo, cuando el reloj nos ata y nos mata.

Todo lo que creemos será destruido.


Busco la manera de dar dignidad al silencio

y huyo del tumulto y del grito.

Me escondo en los árboles caídos

mientras me río del vértigo.


Y asciendo a las negras sombras

en la parte más fría de invierno.

martes, 2 de noviembre de 2010

Noviembre


Hoy no me siento atravesada la vida.


Tengo en el pecho el aire exacto

que necesita una pompa de jabón.


martes, 26 de octubre de 2010

Las manos se entornaban furiosas arrebatando cada lámina de sudor sobre el papel, recorrían con ansia pero sin prisa cada margen. Acariciaban las líneas aún sin sombras, sin nombres, sin delitos, aún carentes, de momento, de cualquier pálpito de vida. No encontraban personaje ni escenario, no sabían del comienzo ni del susto de los acontecimientos. Peleaban por una suerte mejor, por un trozo de estante en el que amparar su futuro. No sabían si acabar con amores trágicos o con sucesos sosegados. No intuían la tragedia o el significado de la palabra tregua. No temblaban ya (por suerte) pero tampoco vivían. No hay nada peor que no saber vaciar la angustia, no poder arrojar luz a la ansiedad, no atinar a echarla por los dedos o por la boca. Rezaban a cada rato por liberar a las musas, tan cobardes desde su silencio; tan valientes encontrando cobijo en otros renglones.

De vuelva a su asilo desamparado pierden la fuerza, y buscan sus bolsillos cautivas.

Las manos se entornan furiosas cada vez con menos ansia y con más prisa.

lunes, 18 de octubre de 2010

Otras noches

cuando las sombras andan descalzas

ni el amor enciende la noche


desprotegidos los cuerpos

deambulan insomnes bajo los rezos


no existe salida ni luz ni cielo

en los cajones del miedo


hielo en los pulmones

silencio en los huesos


los bordes de la cama asimétricos

las horas de reloj ardiendo

martes, 5 de octubre de 2010

Los charcos de octubre

Se me arruga la garganta con el presentimiento de las arañas.
En los días de lluvia no desaparece el dolor por completo.
Miedos y presagios se vuelven concéntricos.

Los signos de interrogación han cerrado con candado.
Los bostezos son señales de lunes y de cansancio.
Los párpados son pequeños pellizcos de los sueños.

Y se hace intermitente el trono de mi reino.

Es octubre y pasa todo esto.

martes, 28 de septiembre de 2010

Puntas de luna




Se ha detenido el viento. Cruje la noche.
Se va la vida y queda el silencio.
La cadencia de un murmullo solitario
rompe los sucesos.
Ceniza y humo,
y puntas de luna absolviendo al universo.
Ni un susurro cabe en el aire
cuando el hilván de los miedos cose los labios.
No vendrás a buscarme a este otro mundo
porque desde aquí la miseria huele a sal,
pero no como la de ese mar que se bañó en nuestro cuerpo.
Te contaré la tristeza con el calor de mis ojos.
Me verás en las manos el pánico del tiempo.
Mi pecho bombeará latidos como espejos.
Pero no me pidas la palabra; la boca.
No me pidas la saliva ni el eco del paladar.
No obtendrás el oleaje de mi lengua.
Lo siento. Ya no puedo hablar.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Transición

El mapa triste de agosto nos ha traído los últimos síntomas del verano. Hemos aprendido que el invierno ya es irremediable y los días témpano están a punto de alcanzarnos. La ropa guardada en cajas nos mira con ojos alegres y nosotros trataremos por todos los medios de alargar este agónico sol. Vamos a rezar por otro día más de brazos acariciando al sol y saltaremos de día en día sacándole la lengua a la torpeza de estas tormentas a deshora. Las lluvias inaugurarán otro lance de frío y no nos queda otra que ver las estaciones pasar. Los días cortos y las noches largas, tan tan largas. Tenemos toda la oscuridad por delante. Las terrazas arañan sus últimos latidos y las sandalias ya son presas del pánico. Transición de materias a la vista y cambio de tejidos al tacto.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Ni mucho ni poco


Será bastante con no haber perdido el tiempo usando todos los sinónimos de amor. Abriendo bien los ojos a las rachas de viento, para que nos lloren o para que nos vuelen. Subiendo los peldaños descolgados de algún cielo indeciso, o de esa luna que nos mira impaciente.
Será bastante haber soñado, al menos una vez, que tenemos alas, grandes y blancas, alas que nos lleven a un mundo distinto a este tan culpable. Será bastante con tener aire suficiente para agrandar los pulmones. Entender la brevedad de las matemáticas, sumando uno más uno, o la locura de las letras de la literatura habiendo vivido con Cortázar o Borges. Será bastante con la calma, con la risa, con la duda (por si las dudas). Entrar sin hacer ruido al corazón, o rompiendo los tímpanos de los corazones. Incendiar las ventanas cuando la luz del despertador nos hiere las ganas, dejando a un lado lo que podemos hacer hoy para mañana. Será suficiente con una mirada, con el silencio del que calla cuando calla, con la cicatriz de la experiencia; sintiendo los zarpazos del tiempo en las arrugas, en la piel que se descuelga o en la falta de memoria. Dejar que nos entre la luz por los huesos y la rabia por los ojos. Al menos, si sabemos que todo tiene un límite, será bastante.


martes, 20 de julio de 2010

Hojas

Hemos creado un espacio absoluto, un diminuto rincón con baldosas mojadas. Hemos traspasado el tacto de los besos hasta la herida, hasta la fibra más caliente y humana. Rodeados de litros de agua blanda y helada, perdidos en la marca que nos puso el sol. Desesperamos ante al calor, buscamos el frío y de nuevo la calima ardiente de los días. Las horas rojas, las horas más rojas de la tarde tienen algo de vida que me gusta. Patadas a la desesperada. Contenemos la sangre en la mirada y la mirada en la palabra. Hoy me resulta difícil decir espalda, decir pan y decir basta. Otro abrazo en el filo de la cornisa, otra orilla a punto de desbordar. Salimos dañados del borde de la risa, pero hemos tomado aire suficiente para nuevas mentiras. Hay un arma blanca creando cielos de tormenta y sigue la vida, como siempre la vida.

lunes, 28 de junio de 2010

Rompiendo el cielo



Habrá una palabra
que nos saque del error,
letra a letra,
con acento
y con descaro.

Unidos los silencios
dando aliento a cada infarto.
Que no se mueven las hojas
desde que ataca el verano;
y ya era hora.

Los ojos de lluvia,
con tormentas eléctricas,
acaparando cada charco,
cada relámpago.

Un beso con rima asonante
danzando,
bailando...
posado en el aire.

lunes, 14 de junio de 2010

Basado en hechos reales



Desde que vivo en esta casa, mi casa, empezó a llegarme correspondencia que no venía dirigida a mí, pero sí a la dirección en la que vivo. Resulta que un tal Andrés Fernando eligió al azar mi dirección postal para que los señores de Teléfonica le enviaran sus facturas. Una que presume de buena persona y mejor ciudadana, se puso en contacto con la compañía de telefonía fija, en pleno proceso de extinción, para que Andrés Fernando recibiera las facturas en su hogar, cualquiera que fuese. Una amable y simpática señorita me agradeció la gestión y me pidió de antemano disculpas por si volvía a recibir alguna otra factura; eso me olió a más facturas en mi buzón de imediato. Varios soles y varias cartas después Telefónica ya no manda facturas, pero sí recibo las reclamaciones de una gestoría de abogados por el impago de las facturas de Andrés Fernando. A veces temo, cuando suena el timbre, que sean unos señores vestidos de azul que intentan esposarme, aunque cualquier parecido con mi compañero de buzón será pura casualidad, ni bocado de adán, ni testosterona, me temo.
Ahora sé, gracias a su vida laboral, que tiene diez años menos que yo, y que en la actualidad trabaja para una pequeña empresa dedicada a la pintura.
Y no sé si este tema pueda acarrearme algún problema burocrático o económico. Yo, por si acaso, ya no ando desnuda por casa, temo que uno de estos días pueda toparme por el pasillo con él.