miércoles, 11 de febrero de 2009

Pequeños y grandes males

Es ese humo descalzo de pasado el que me azota en la cara, me advierte del sueño y no dice más. Habrá que arrancar de aquí los malos presagios, llorar las mentiras, alzar los vasos y volver a empezar. Voy a ir hasta el mismo lugar en que el punto final se me escapó entre las manos. Voy a llenar las paredes de palabras inservibles y recuerdos ahogados. Arañaré la distancia, haré puentes de plástico. No llores, no grites, no tengas miedo; ya de nada sirve. La niebla, la puta niebla siempre al acecho; cegando, mordiendo. Ya ni lunas ni estrellas estrechan los lazos de la noche, porque ya nada estrecha el silencio de la noche. Hay un millón de juegos a los que no jugaste y cuentos de los que no tienes ni idea de su final. No seré yo quien te los cuente. No. Un agujero en tu retina retiene toda la luz del mundo, y toda esa luz eres tú. Carne de deseo, carne invisible de deseo, carne invisible y lejana de deseo. El final.

3 comentarios:

Marian dijo...

No llores, no grites, no tengas miedo; ya de nada sirve. La niebla, la puta niebla siempre al acecho; cegando, mordiendo.

uffff

más besos

Lara dijo...

Otro uf.
Buena rabia esta.

Un abrazo.

ILSA dijo...

Chicas, espero que la RAE erre con la definición de "uf"... En todo caso preferiría la primera a la segunda acepción.

Aunque creo que esta palabreja no está muy bien definida.

Besos (bajo sospecha).