viernes, 3 de abril de 2009

Cuatro

Abril era un presagio
y ha querido arder,
pero sólo nos ha dejado
frío en la mirada,
una mañana limpia
y un nudo de escarcha en las manos.

No he querido correr.
No he sabido parar.
Todo ha sido lento
y todo ha pasado despacio.
Ni una esquina de mis promesas
resultó ser verdad.

Abril ya no es flor.
Abril ya no es incendio.
Ni calor.
Ni fuego.
Ni futuro.

Abril ya no es vicio.
No tengo fuerzas.
Y el silencio es este viernes de un mes atroz.

2 comentarios:

Monica dijo...

Me parece precioso esto que has escrito... pero no seas injusta, dale tiempo a abril que la primavera acaba de empezar!

ILSA dijo...

Como siempre tenías razón.
Abril está lleno de colores.

Muchísimos besos empapados de alegría.