lunes, 11 de mayo de 2009

Siempre he sentido algo parecido a la obsesión cuando me hablaban de futuro.
Siempre he querido tenerlo todo atado, amarrar cada duda.
Me entretenía mirando los posos del café
descifrando nuestras tardes perdidas,
pero nunca he sabido conjugar ciertos colores.
Temí romper ventanas al abrir las puertas de la vida;
nada puede durar,
y las lágrimas siempre anuncian párpados de tristeza.
Hasta el punto de la locura he llegado por no sentir dolor,
por tener una red en tiempos de lluvia.
Pero no hay suficiente estrategia para romper el frío.
Nada nos puede salvar cuando la tormenta nos coge sin refugio
y desnudos.

Ya es hora de abrir puertas sin pensar en las ventanas.

2 comentarios:

Lara dijo...

qué última frase!!!!!!

Mónica dijo...

Pero a ti ya nunca te faltará refugio! Y has llegado a comprender la verdad fundamental de la vida, que las ventanas no son tan importantes cuando entra el aire... el futuro es eso, a partir de ahí sólo queda ser feliz y feliz y feliz y feliz y más feliz... millones de besos fundamentales!

PS. Iván Ferreiro el 20 de Junio en Gandía, habeis dejado ya la manía persecutoria? :D