Se nos caen las estrellas del cielo
como mechones de pelo desolado en el lavabo
y boquean como pececitos de colores de cristal.
Son un cuenco reluciente de lágrimas
descansando en otro dolor;
ajeno, egoísta, desamparado.
Si ya no respiran será por mi rabia,
o por tu ausencia,
o por la aburrida trama de mi cansancio.
Ni una estrella más en los lavabos.
Cuidemos de su ingravedez
para que alumbren,
para que sueñen,
para que enseñen...
que aún se puede,
que aún hay tiempo.
Y podamos volver a notar los latidos del fuego
y tener un motivo para empezar.
jueves, 6 de mayo de 2010
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3 comentarios:
uffffffff ufffffffffffff ufffffffffff
"Ni una estrella más en los lavabos."
ufffffff ufffffffff uffffffffff
" tener un motivo para empezar"
ufffffffffff ufffffff ufffffff
¡Gracias!
bien!
a mi que me gustan los lavabos
y esos motivos para empezar que a veces se nos olvidan
Gracias por recordárnoslos
Parece que los lavabos son algo más que lavabos.
Un beso, chicas!!
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