No.
No fue fácil.
Ni siquiera fue suficiente.
Fueron muchas palabras
pero dejé vacíos demasiados renglones.
Cruzamos miradas
y yo quería cruzar caminos.
Y no.
No bastó.
Tropecé cada día con la sombra del deseo
y ni de lejos toqué la materia.
Absorbí lo inútil y lo hice futuro.
Remendé los sueños para hacer un mapa
donde perderme, y tampoco fue bastante.
Los ojos se hicieron laberinto
de donde no se encontraba ni luz.
Y las manos;
heridas,
heladas,
dormidas.
Para hablar lloré.
Todo escapó a la esencia.
Todo era mentira.
Los labios conjugaron ilusiones
que el viento arrasó.
Y no quedó nadie.
No quedó luna.
Ni nanas,
ni miedos,
ni nada.
martes, 10 de marzo de 2009
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7 comentarios:
Uffff, genial
(una vez mas)
Muá
Me pierdo un poco y te me escapas.
Me encanta
Sabes que estos gigantes son tremendamente inmensos? Qué pena que parezcan tan de verdad que asustan...
Hace millones de años que no sé de ti... un beso con sol!
y lo vuelvo a releer y me gusta más :)
besos, preciosa
Marian, no es que me guste que te guste, es que me encanta que te re-guste.
Libertad, pensaba que ya no vendrías. Me alegro de que no sea cierto (oohh, así, sin más, sobrevuela Neruda).
Ya he visto que estamos haciendo por ahí amigos de amigos ;)
Mónica; son tan de verdad que se pueden tocar.
Mi luna y mi espejo... ya sabes.
Besos
Besos
Besos
Besos
Besos
Besos
Besos
Besos
Besos
Besos
Besos
Besos
bravo
Gracias!!, seas quien seas.
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