miércoles, 16 de julio de 2008

Cuerdas rotas o Noches con nombre

Una cuerda rota hubiese sido poco para una noche en el Libertad; dos, fueron dos las cuerdas que, cansadas de tensar una nota, se dieron por vencidas. Y no me extraña, estar a la altura es difícil. Si a una le cuesta contener lo incontenible, no les quiero ni contar cómo harán esas cuerdas para no quebrarse bajo la presión de la belleza de una canción; y es que Últimamente es mucha canción.

Y la noche tuvo sus nombres, porque las noches sin nombre son de otro color. Pero sí es cierto que aquello se llenó de nombres, de rostros, de sonrisas y aplausos. Y de canciones. Canciones que no terminan porque se quedan flotando sobre nuestro estupor. Canciones llenas de metralla y a bocajarro. Canciones dulces como bocados de vida, tristes como un verano sin amor. Canciones vértigo y canciones dolor. Sin prisa y con pausas... Canciones canciones canciones...Canciones nuevas y bellas; Salud por las canciones. Canciones que no pueden quedarse en los huesos, encarnadas, llenas de peso. Pero... tengo la sensación de que ya conté este cuento...

Lo que no sé si he contado es que la culpa de todo esto la tiene un tal Paco Cifuentes.

2 comentarios:

piedra_de_sol dijo...

La última vez que supe de ti fui yo la espectadora del concierto.

Ahora que he saltado a la blogosfera te seguiré la pista por aqui.

Besos y música,
Jara

ILSA dijo...

¡¡Anda, Jara, qué sorpresa!!

Cierto, aquel concierto que viste tan bien acompañada. Canciones, pendientes y nubes... si no recuerdo mal.

Yo también seguiré esa piedra tuya bañadita de sol.

Besos.