sábado, 28 de junio de 2008

Caracola de última generación

Me gusta mirar el mar. Me gusta sentarme en la arena y mirar el mar después de un año entero aguantando insolencias de una persona que, por ser mi jefe, se cree con derecho a manipular mi tiempo y mi vida. Me gusta llegar a esta playa donde no hay nadie, es difícil encontrar una playa en pleno julio que no esté masificada, y yo la he encontrado. Estoy solo, solo en este trozo del mapa que queda lo suficientemente alejado de donde vivo. Me gusta venir por la tarde mientras el sol se está poniendo, cuando parece que todos los problemas se esfuman con la luz y la rutina cambia de color según entra la noche. Me gusta este sabor salado, pero sobre todo, lo que más me gusta es el sonido de las olas al romper en la orilla. Me quedaría aquí siempre, sabiendo que nadie espera nada de mí, sabiendo que sólo yo controlo el momento, sabiendo que antes o después tendré que volver, pero ahora no quiero pensar en eso. Estoy aquí y me gusta porque puedo...

- "¿Se puede saber qué hace con esa caracola?, afortunadamente el teléfono ha llegado hasta nuestros días. Le dije, caballero, que quería ese informe preparado sobre mi mesa antes de las ocho de la tarde, y no le veo demasiado animado. Le advierto que fue usted solito quien quiso jugarse sus vacaciones y, por lo que veo, parece que también quiere perder los fines de semana. Usted mismo, caballero, o acaba ese informe o se puede ir olvidando del significado de las palabras sábado y domingo."

Me gusta el mar. Me gusta imaginar que estoy sentado en la arena mirando el mar mientras aguanto las insolencias de un tipo que manipula mi tiempo y mi vida.

miércoles, 18 de junio de 2008

Fe de erratas

sólo soy donde existo
donde respiro
donde vivo

ya no soy donde sueño
ni donde olvido
ni en el recuerdo

soy ese trozo de mí
que ya no está en mí
porque se quedó contigo

soy ese trozo de ti
que nunca existió
porque nunca fue nada

lunes, 16 de junio de 2008

Despierta

Despierta. Mira el horizonte.
Abre los ojos. Sueña.
Vive. Arrastra esos miedos
hasta tu abismo
y piérdelos de vista a patadas.
Siente. Levántate de esa silla,
tiene forma de rutina,
de silencio, de niebla, de reloj,
de reloj oxidado por el tiempo.
Corre. Anuncia tu presencia;
tu mirada tiene que contar
todos los días que amanezcan,
tu boca tiene que sonreír
toda la vida que le queda.
Despierta. Sueña.

domingo, 15 de junio de 2008

Balence

Pierdo un latido
siempre que hago repaso.
Nada cuadra,
todo tiene el color
de una noche ensangrentada.
La vida, como presente,
tiene un sabor insensato,
un corazón dolido
pero indolente.
Tiene la luz de esta tarde
poco misterio,
todo se nubla,
nada se enciende.
Las huellas que deja el viento
son abrazos de esperanza,
pero hay una respuesta que no tengo
a una pregunta que duele.
No existe un cielo
cuando todo parece próximo al desastre.
Todo pasa, y nada sucede.
Y me encuentro con frío,
y sin llaves.
Mal asunto.
Mal balance.

sábado, 14 de junio de 2008

De paso...

No creo que esté demasiado tiempo aquí,
posiblemente me canse demasiado pronto,
como cuando tengo miedo,
como cuando cierro los ojos
y no hay remedio.

No estoy aquí para quedarme,
supongo, todavía no ha amanecido
y estoy de paso.