domingo, 28 de marzo de 2010

Cuando no estoy donde estoy

Estoy en el color más vivo de la oscuridad,
donde la vida encuentra una ventana para la huida
y el miedo echa el ancla en el mar de las bocas perdidas.

Podrás encontrarme en los silencios de las tormentas
y en las aguas de los ríos que se secaron
por la erosión de raros y lejanos planetas.

Me detengo en el vuelo de las luces artificiales
donde no llega el viento,
y en los ojos que se cerraron por el miedo.

Y también en la distancia más corta que hay entre dos labios
cuando un golpe interrumpe lo que pudo ser un beso.

Y en la sombra de lo que pisas,
en la vacío de las heridas,
en las mentiras que no contamos,
en la tristeza de una lágrima,
en el ruido de las cadenas,
en la frontera entre dos mundos,
en el peligro de un incendio,
en la caída de una cometa,
en el vértigo de las avispas,
en el final de una vela,
en la sentencia de un asesino,
en la esquina de la pobreza,
en la mirada de un culpable
en la rutina de una amenaza
y en la duda de las certezas.

3 comentarios:

mariapán dijo...

... Pues yo me acabo de ir de ahí mismo... de ese sitio hecho de todos esos versos y ... ¡no veas lo que cuesta! y lo bien que me hace sentir...

Me ha encantado el poema ¡de verdad! una gozada leerte, espero que disfrutes estos días extraños de imágenes y exaltaciones absurdas de las mentiras... ;-)

Un beso grande desde la insurrección misma...

Marian dijo...

En el final de una vela.

Ahí estoy yo.

trasgu dijo...

Me encanta el verso "en el vértigo de las avispas".