viernes, 3 de abril de 2009

Cuatro

Abril era un presagio
y ha querido arder,
pero sólo nos ha dejado
frío en la mirada,
una mañana limpia
y un nudo de escarcha en las manos.

No he querido correr.
No he sabido parar.
Todo ha sido lento
y todo ha pasado despacio.
Ni una esquina de mis promesas
resultó ser verdad.

Abril ya no es flor.
Abril ya no es incendio.
Ni calor.
Ni fuego.
Ni futuro.

Abril ya no es vicio.
No tengo fuerzas.
Y el silencio es este viernes de un mes atroz.

martes, 31 de marzo de 2009

Cruce de caminos

Habían cambiado de tal manera en tan poco tiempo y se estaban convirtiendo tanto en las personas que nunca fueron... que, aun estando juntos, empezaron a echarse de menos.

viernes, 20 de marzo de 2009

Veinte euros

Fue la primera vez que pidió dinero a cambio de sexo. Subió a aquel coche con la sensación de estar dejando la vida afuera, tras el vaho de las ventanas que no dejaban ver ni las sombras de la calle. Cuando la mano de aquel tipo agarró su nuca con una fuerza casi camuflada en ansia, no sintió el miedo que requería aquella situación. Su cabeza se acercó con rapidez a la urgencia de un pantalón y todo pasaba deprisa. Nada era tan difícil como pensó que aquello debía ser.

Lo malo vino después, cuando todo acabó y el tipo sacó del bolsillo dos billetes y los dejó caer sobre sus piernas. Salió del coche y la vida que encontró allí ya no era la vida que ella había dejado afuera; era otra cosa. Y allí de pie, mientras veía como el coche se alejaba, y con el puño cerrado y el dinero arrugado, empezó lo peor, empezó a empequeñecer. Se sintió pequeña, diminuta, insignificante. Un extraño vértigo se apoderó de su cuerpo, y las imágenes de aquel tipo empezaron a empapar sus retinas para dejarlas allí de por vida. Ella era en aquel momento la chica más pequeña de mundo y su dolor el más grande. Y supo que, a pesar de todo, aquélla no sería la última vez.

martes, 10 de marzo de 2009

No.
No fue fácil.
Ni siquiera fue suficiente.

Fueron muchas palabras
pero dejé vacíos demasiados renglones.

Cruzamos miradas
y yo quería cruzar caminos.
Y no.
No bastó.

Tropecé cada día con la sombra del deseo
y ni de lejos toqué la materia.
Absorbí lo inútil y lo hice futuro.

Remendé los sueños para hacer un mapa
donde perderme, y tampoco fue bastante.

Los ojos se hicieron laberinto
de donde no se encontraba ni luz.
Y las manos;
heridas,
heladas,
dormidas.

Para hablar lloré.
Todo escapó a la esencia.
Todo era mentira.

Los labios conjugaron ilusiones
que el viento arrasó.
Y no quedó nadie.
No quedó luna.
Ni nanas,
ni miedos,

ni nada.

domingo, 22 de febrero de 2009

Un paso al frente o vivir a tientas.

Escupir la palabra o dudar.

Perseguir la inercia o planear cada secuencia.

Soltar lastre o echar anclas.

Buscar la fuente o morir de sed.

Abrazar la oportunidad o cerrar los puños.

Apostar al doble o nada o retirarse a la de tres.

Sonreír o llorar.

Mirar desde el balcón o saltar por la ventana.

Bailar o tumbarse.

Tentar a la suerte o cerrar los ojos.

Exprimir el cuerpo o vestirlo de pudor.

Salir al encuentro o esperar un suceso.

Coger aire o aguantar el tipo.

Mostrar la herida o salir ileso.

Vencer el miedo o dejarse morir.

miércoles, 11 de febrero de 2009

Pequeños y grandes males

Es ese humo descalzo de pasado el que me azota en la cara, me advierte del sueño y no dice más. Habrá que arrancar de aquí los malos presagios, llorar las mentiras, alzar los vasos y volver a empezar. Voy a ir hasta el mismo lugar en que el punto final se me escapó entre las manos. Voy a llenar las paredes de palabras inservibles y recuerdos ahogados. Arañaré la distancia, haré puentes de plástico. No llores, no grites, no tengas miedo; ya de nada sirve. La niebla, la puta niebla siempre al acecho; cegando, mordiendo. Ya ni lunas ni estrellas estrechan los lazos de la noche, porque ya nada estrecha el silencio de la noche. Hay un millón de juegos a los que no jugaste y cuentos de los que no tienes ni idea de su final. No seré yo quien te los cuente. No. Un agujero en tu retina retiene toda la luz del mundo, y toda esa luz eres tú. Carne de deseo, carne invisible de deseo, carne invisible y lejana de deseo. El final.

jueves, 5 de febrero de 2009

Punto y aparte

otra vez silencio
vacío
este sueño ya no arde

mi casa está a oscuras
y un centímetro de luz
ilumina la calle

déjame olvidarte

miércoles, 21 de enero de 2009

El Tren de los Sueños

Imagina un tren que te llevara donde tu imaginación llega. Un tren de colores, con mariposas y corazones. En cada vagón una vida por descubrir y un destino o un deseo, como tú quieras.
Ése es este tren; El Tren de los Sueños. Podrás viajar y conocer paisajes no inventados, cielos imposibles y playas de arenas extrañas.

Noa, mi niña dulce de cuatro años, lo ha inventado, y sólo le ha hecho falta un poquito de ayuda y unos rollos de papel higiénico. Noa siempre sonríe cuando jugamos, y siempre me escucha cuando la cuento cuentos y disfruta con cada cosa que hacemos. Y yo la quiero más que a lo que más se quiere.



En su primera parada ha elegido El polo Norte, su Polo Norte. Ojalá supiera ver cómo es, cómo está decorado en su mente. Puede que algún día me lo cuente. Y nos quedamos sentadas en el andén, soñando, mirando, riendo y buscando destinos.

Desde que sus papás la regalaron La Fontana de Trevi dentro de una de esas pequeñas bolitas en las que al darle la vuelta se vuelven locos unos copitos de nieve, quiere ir a Roma. Cerraremos los ojos y nos iremos a pedir deseos. Sólo hay que cruzar los dedos, cerrar los ojos y desearlo, con mucha fuerza para que el viento acompañe.

Y aquí estamos, sentadas en el andén, soñando lugares. Si quieres venir te invitamos al tren. ¿Te vienes?

martes, 13 de enero de 2009

Sssshhhh

Dejarse vencer por el sueño
y hacer, sin tinta ni papel,
una crónica febril.
No usar las manos,
dejar los huesos y los músculos
muertos
o cansados.
Dejarse vencer.
Echar el cierre al alma,
cerrar puertas, ventanas, párpados.
Y girar la mente,
dar vueltas al recuerdo;
quizá a los sueños que tuvimos,
quizá a los sueños que tendremos.
Inconsciencia.
Nada.
Sólo sueños.
Y dejarse vencer.
Contar hasta cuatro,
o sólo hasta tres.
Hacer repaso.
Y dejarse vencer.
Un color para abrir camino a la dejadez,
un sonido, un pequeño espasmo.
Un brizna de luz tras la cortina
buscando un rincón donde apagarse.
Calor y color bajo el edredón.
Abandonar el trabajo de las pupilas,
olvidarnos del mecanismo de las miradas.
Y dejarse vencer.



Ssssshhhhh... Buenas noches.

miércoles, 7 de enero de 2009

Pese a todo he sobrevivido a estas noches de luces y dulces, a estos días de abrazos obligados, de recuerdos no siempre bellos, de balances, de encuentros, de reencuentros, de dudas y simulacros.


Tratamos de ser felices por una noche, alegrarnos por todo y sin motivos, alargamos lo que podría ser pero no ha sido. Forzamos el alma.


Y pese a todo, al final, lo hemos conseguido.


Bienvenidos a otro nuevo año, un nuevo mundo.

lunes, 15 de diciembre de 2008

Hacia dentro

Se ha cerrado una puerta
y me ha pillado el aliento,
casi una palabra,
casi la boca.
Se ha cerrado sin ganas,
sólo por costumbre,
siguiendo su sombra.

Todo es reacción a una misma cosa,
todo es un hábito:
dentro de cada tristeza hay una lágrima;
dentro de la herida hay dolor;
dentro del grito promesas;
en cada vida una canción.
Sé de memoria las formas
que crean tu horizonte,
y no hay gota de lluvia que no haya tocado.

He bajado las persianas,
de golpe,
para que no entren las ganas,
para que no salga mi voz.
Paredes,
libros,
puertas,
mesas,
luces,
fotos,
vitrinas,
colores,
sustancias,

calor.

Se han roto las ventanas,
no ha dejado de fluir al exterior una brisa,
casi aire,
casi viento.
No ha renovado la vida…
pero ha perfilado una duda
sin forma y con voz.

sábado, 6 de diciembre de 2008

Me encanta que los planes salgan bien


Foto: El Selenita


Esta vez no hubo trabas, todo salió bien y a la primera. Ni las luces navideñas, ni las calles cortadas en el centro, ni siquiera las pocas ganas con las que partimos pudieron con la noche. Llegamos a la calle Barcelona y antes de tiempo.

Don Mario quería de una menera muy especial a su trifena: "como el prójimo que permanece enjabonado bajo la ducha / a causa de un corte imprevisto y al cabo de tres / minutos se solaza al advertir que el agua vuelve / a manar sin usura". Y anoche las canciones de Paco eran agua y yo de jabón hasta las cejas. La de tiempo que llevaba esperando un nuevo concierto. Y como todo, por fin llegó, y de qué manera, con generosidad y sin mesura. Conocimos el Barcelona8; tan acogedor, tan encantador, tan pequeño que uno tiene que pedir permiso para respirar, y eso precisamente es el encanto del local.

Las canciones de siempre resonaron con un eco nostálgico entre aquellas paredes. Otras nos sobrevolaron, las que eran inéditas hace un año, y que a fecha de hoy lo siguen siendo, pero que nos sabemos de memoria, casi podría reconocerlas al tacto, son ya tan mías... Y las nuevas (para mí) en directo como Salud, que era la segunda vez que la escuchaba en concierto, o mi nueva nueva La vida aparte, mmmmmmm. No sé ni qué decir.

Hace tiempo que no veía un concierto de Paco tan tan bonito, y creo que Alejandro Martínez y Diego Galaz tuvieron mucho que ver. A Alejandro ya le he visto muuuuchas veces en el escenario con Paco, pero a Diego no (menudo descubrimiento), y fue algo precioso, una comunión perfecta a tres.

Siempre digo que Últimamente es una canción redonda y perfecta, pero creo que hasta anoche no he tenido razón del todo. El amor es otra cosa que duele sólo a ratos, tanto... ese "tanto" que concluye Últimamente suele ser tímido y encogido, y ayer sonó desgarrado, apasionado y salió desde las tripas. Como Lara (la canción), que pareció más Lara que nunca. O Collage. O Salvar esta canción. O Adicto. O Hay días. Y así, todas juntas, fueron una delicia.
Y allí estaba yo, a diez centímetros del suelo. Preguntándome al acabar dónde coño estaba el mundo y cómo podría encontrar tierra firme. Después de los saltitos de corazón, y de las olas del violín, y de las cuerdas rotas (en singular esta vez), y de las esferas, y de las burbujas, y de las palabras con música, y de los sentidos a flor de piel. Y sobre todo después de ver a Paco, como dijo Diego Galaz, con el corazón tan cerquita de la guitarra.

Y dejo para el final el principio, porque Lara (la poeta) abrió el concierto, también estuvo, estuvo pero sin estar. Sus palabras también rebotaron de corazón en corazón hasta hacerse vida, palabras vivas y de corazón. Paco juega con las palabras de Lara en la boca, hace malabares y las acaricia con la lengua antes de soltarlas. Anoche nadie perdió el tiempo, estábamos todos tan vivos.

http://www.youtube.com/watch?v=N7k0jzzTUps

Las canciones eran agua y yo...

martes, 2 de diciembre de 2008

La línea 6 más gris que nunca

Ayer, en un vagón de la línea 6, vi la tristeza. Era rubia y llevaba tacones y una gorra gris. No dejó de llorar a lo largo de cuatro estaciones, puede que a veces sí, pero sólo a ratitos. Lloraba y se tapaba la cara, como si así, sólo con ese gesto, ocultara la pena. Lloraba y las lágrimas recorrían sus ojeras, como un río de dolor en una vía cada vez más negra. Yo miraba cara a cara a la tristeza, pero ella no veía. No veía que su gorra estaba consiguiendo de veras su propósito, nadie la miraba, sólo yo.

No dejé de imaginar de dónde nacería ese sentimiento, qué llamada perdida perturbaría su silencio, qué amor habría dejado de amarla, que manos le habrían abandonado para siempre y sin perdón. Imaginé cosas horribles, otras vanas. Estuve tentada de prestarle mi voz, pero sé que a veces ayudamos y otras invadimos. No tuve valor.
Bajó en la misma parada que yo, y sentí cómo su dolor se perdía entre el murmullo y la prisa de la gente.





Hoy, al volver al mismo lugar en el que la vi, he recordado esa mirada tapada con dirección al suelo. He sentido de nuevo sus lágrimas. Creo que no ha dejado de llorar.